XII

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Peter wyman

Salgo corriendo hasta salir de la central y cuando me detengo frente a la salida del centro comercial, siento dos manos tomar mis brazos.

Pienso que es Andrew quien me detiene, pero por suerte no lo es. Son Addison y Lizzie quienes me retienen.

—¿Por qué saliste corriendo? —pregunta Lizzie.

—No quiero hablar de eso aquí —respondo.

—Vayamos a otro lugar —contesta Addison.

Se colocan a mi lado y me guían para subir a un taxi. Lizzie pide ir a su casa y aceptamos para que pueda ver a su madre.

Cuando el taxi se detiene nos encontramos con Alex, esperándonos en la puerta con ojeras en sus ojos.

—Perdón por abusar de ti —dice Lizzie.

—Esta bien, pero me deben una muy grande —responde Alex.

Lizzie entra a la casa y Addison y yo despedimos a Alex para después adentrarnos en la casa.

La madre de Lizzie se encuentra en perfecto estado y la casa esta mucho mas ordenada que de costumbre.

Entramos al cuarto de Lizzie y nos acomodamos sobre su cama para poder hablar.

—Ahora si... dime por qué huiste —ordena Addison.

Sé claramente porque huí, pero decirlo en voz alta me cuesta muchísimo, la garganta se me cierra y no puedo ni quiero hablar.

—Andy debe estar muy confundido —añade Lizzie.

—¿Crees que yo no lo estoy? —levanto la voz.

Ellas se miran mutuamente y me siento apenado, pero muchas emociones que no sé expresar recorren mi cuerpo.

A ambas las considero mis amigas y estoy seguro de que puedo confiar en ellas, sin embargo, decir lo que siento lo volvería real.

—Si no quieres hablar no lo aremos —declara Addison.

—No te presionaremos —agrega Lizzie.

Me recuesto en la cama y accidentalmente toco mi tatuaje. Puede que no quiera decirlo, pero ya es real y callarlo no cambiara nada.

—Mierda —murmuro.

Me levanto y cruzo las piernas.

—Me gusta Andrew —confieso.

Las expresiones de Lizzie y Addison son indescifrables, sus ojos no se apartan de mí, pero luego se miran y sonríen mutuamente.

—Te habías tardado en aceptarlo —dice Lizzie.

—Demasiado —añade Addison.

Me retiro el cabello del rostro y lo cubro por la vergüenza que siento.

—Eso no explica porque huiste —comenta Lizzie.

Para mí, el solo hecho de que me guste Andrew es un problema, él es mi jefe, un mafioso, esta comprometido y creo que también le gusto, pero lo nuestro es imposible.

—No podemos estar juntos —explico.

—¿Por qué? —pregunta Lizzie.

—Porque esta comprometido y estar conmigo lo mataría —respondo.

—No digas idioteces —contesta Addison —. Sabes que el compromiso no es por amor sino por negocio, y lo segundo no tiene sentido.

—Para mí si —contesto.

Dark MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora