『Capítulo cinco』

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Un rayo de sol hizo que me despertará, ayer me olvide cerrar mis cortinas y eso me frustro. Me paré para cerrar las cortinas y fui a cambiarme. Usaría un vestido negro manga larga con varios detalles dorados en la parte del cuello.

Baje para comer algo, salude a los Malfoy y cuando terminamos, llego un carruaje para llevarnos a la copa mundial de quidditch. Nos despedimos de Narcissa y nos fuimos.

Cuando llegamos fuimos recibidos por el ministro de magia, quien nos llevó a una carpa en muy buen estado, al entrar parecía una mini mansión. Lucius nos ordenó hacer algo en lo que llegaba la hora del partido.

Luego de unas horas finalmente estábamos en el estadio, estábamos bajando unas escaleras cuando de repente Lucius hablo;

—Pongámoslo de esta manera, si acaso llueve, serán los primeros en saberlo. —se burló mientras mi primo reía y yo solo veía dos cabelleras rojas.

Weasley's.

—Nosotros estaremos en el palco del ministerio, el mismo Cornelius Fudge, nos invitó personalmente. —presumió Draco.

Lucius alzo su bastón con el objetivo de pegarlo, si no hubiera sido que yo me puse delante de él de una manera disimulada y el golpe me cayó a mí.

Desde la cachetada que él me había pegado años atrás, no volví a dejar que me levantará la mano, hasta hoy.

—No presumas, Draco —dijo Lucius, ocultando la frustración al haber fallado—, es gente sin importancia.

Vi como un chico de cabello azabache y con lentes se daba la vuelta, mientras agarraba del hombro a una chica castaña, pero fue interrumpido por el bastón de Malfoy.

—Tú disfruta ¿quieres? —dijo con una sonrisa maliciosa—, mientras puedas hacerlo —lo soltó de su agarre y siguió avanzando.

—Fue un inesperado incidente. ¿Te lastimo? —le pregunte al chico de gafas cuando los Malfoy se alejaron un poco.

—No... ¿eres su hija?

—No. —mi voz salió mucho más frívola de lo que pensé.

—Eh... entiendo. Me llamo Harry, un gusto.

—Atenea.

—Un placer, ¿estudias en Hogwarts? No recuerdo haberte visto.

—No. Pero este año volveré, había sido transferida a Beauxbatons.

—Pues espero que nos volvamos encontrar —sonrió— Adiós, Atenea.

Se fue con los pelirrojos y la castaña, iba seguir mi camino hasta que alguien me tomo del brazo.

—¿Qué demonios?

—Te lastimo, lo vi.

Levante nuevamente mi vista solo para ver una mirada que reconocería en cualquier lado—. Cedric.

—¿Por qué te lastimo? No se vio nada suave ese golpe, deberías ponerte una pomada o algo.

—Peores golpes he recibido. —dije, pero aparte mi mirada, me sentía avergonzada luego que él haya visto eso.

—¿Ya sabes cuándo volverás? —parece que noto mi incomodidad pues cambio de tema.

—Sí, volveré para cursar mi 5to año.

—¡Eso es asombroso! —escuche como lo llamaban y él maldijo en voz baja—, Tengo que irme, lo lamento.

—Disfruta del partido.

ᴠɪʀᴀʜᴀ °•ᴄᴇᴅʀɪᴄ ᴅɪɢɢᴏʀʏ•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora