『Capítulo Ocho』

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Hoy era día de la primera prueba, logre entrar a la carpa de los campeones para poder visitar a mis amigos. Perdone a Cedric, Leyla y Luke luego que le pidieran perdón a Harry. Haciendo que el rumor que los tres estaban a "mi merced" corriera por todo Hogwarts.

Theodore, Aiden y Daphne eran los únicos Slytherin que parecían querer guardar su distancia luego de lo sucedido con el cáliz. A pesar que mantienen su distancia, se enojaron al ver que apoye a Potter, no me recriminaron nada -lo cual agradezco, no necesitaba más quejas sobre porqué un niño de catorce se metió a la competencia-.

—¡Fleur! —corrí a abrazarla cuando la vi— ¿Estas lista? ¿Cómo te encuentras? ¿Necesitas agua? ¿Quieres que te traiga algo? ¿Comida?

—Estoy bien, petit serpent. No te preocupes

Petit serpent es el apodo que Fleur me puso apenas supo que era de Slytherin hace ya unos años.

—Estoy segura que lo harás bien, confió en ti.

—Gracias, aunque creo que alguien más te está esperando.

Me di la vuelta y pude ver encontrarme con sus ojos grises—. ¡Cedric! —dije para luego lanzarme a abrazarlo, lo cual era muy impropio de mi parte, pero estaba ansiosa. 

Fuimos interrumpidos por él sonido de un flash, Rita le están tomando una foto a Hermione y Harry. Luego dirigió su vista donde Cedric y yo, tomándonos una foto con una sonrisa maliciosa.

—Jóvenes enamorados que... tierno, aunque pasara algo este día, de cualquier forma, serán noticia.

—No debe estar aquí, la tienda es para los campeones y sus amigos —recrimino Krum.

—No importa, ya tengo todo lo que necesito. —con su pluma acarició la cara de Viktor, haciendo que este se incomode.

—Buenos días campeones —saludo Dumbledore— Acérquense, han esperado, han sufrido y por fin, el momento ha llegado. Un momento que solo ustedes cuatro pueden valorar...—de repente le agarro el brazo a Hermione, una castaña del mismo año que Harry— ¿Qué hace acá señorita Granger?

—Yo...

—Ya nos íbamos. —la tome de la mano cuidadosamente— Buena suerte a los cuatro. —me despedí y salí de la tienda

—Gracias, me salvaste de una situación incómoda. Me llamo Hermione.

—Atenea. Es un placer. Si me permites, iré con mis amigos para ver la prueba.

Bueno... me refería a L y L, pues como ya dije, los otros tres se molestaron ante mi postura. Grace era la única de mis otros amigos que seguía hablándome, también estaba con nosotros.

Luego de unos minutos pude ver como Cedric salía, lo cual me puso más ansiosa todavía. Aunque quisiera ayudarlo, cuando leí sobre el torneo, me entere que siempre protegían los lugares para que nadie pudiera usar magia y ayudar a algún campeón.

Cedric convirtió una piedra en un labrador, al parecer funciono, porque el dragón estaba entretenido con el perro. Mientras tanto, él se acercaba con extremado cuidado al huevo dorado que se encontraba encima de una piedra.

Cuando a Cedric no le faltaba mucho para agarrar el huevo dorado, el dragón volteo. Al parecer había perdido su interés por el perro, Cedric se había salvado por suerte, ya que logro esconderse detrás de una roca, la distancia entre él y el huevo era mínima.

En un momento que el dragón comenzó a echar su aliento de fuego a una roca, pensando que ahí estaba Cedric, vi como él corrió y alcanzo el huevo, llevándose una quemadura en la mejilla y su abdomen.

ᴠɪʀᴀʜᴀ °•ᴄᴇᴅʀɪᴄ ᴅɪɢɢᴏʀʏ•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora