『Capítulo doce』

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El sábado llego y yo no podía estar más feliz, tendría una cita con Ced y eso me gustaba mucho. Principalmente porqué ambos podremos ser nosotros mismos, me encargue de que nadie pudiera estar en la zona donde estaremos.

Me puse un vestido negro de terciopelo con mangas largas que me llegaba hasta los talones. Me puse unos zapatos cómodos, pues caminaríamos sobre la nieve y prefería la comodidad. Desde el incidente en el campeonato de quidditch, todos mis vestidos tenían algo el común; podía cambiar su largo para así poder correr con más facilidad.

Decidí dejar mi cabello suelto, me gustaba más llevarlo de esta manera. Coloqué los anillos de plata en mis manos y me puse un abrigo de color negro.

Salí de la sala común y comencé a caminar por los pasillos, llego un punto donde me encontré con Cedric; todo estaba saliendo como lo planeé junto con Draco.

Mi plan era que podamos caminar por Hogwarts agarrados de la mano hasta que subamos al carruaje, fue difícil coordinar bien los horarios, pero valdría cada segundo.

—Que apuesto se ve hoy, joven Diggory —alague a mi novio antes de depositar un beso en sus labios.

—Usted también, señorita Ryddle —dijo con una sonrisa.

—Lo sé, pero tú puedes decírmelo todas las veces que quieras —sonreí nuevamente antes de entrelazar nuestras manos.

A diferencia mía, que llevaba colores oscuros, Cedric llevaba una camisa blanca con pantalones color beige y un chaleco de una tonalidad más oscura que su pantalón.

Seguimos caminando, disfrutando de la compañía del otro y compartiendo pequeñas miradas con sonrisas.

—Nunca vi este carruaje, supongo que Dumbledore habrá adquirido más. —comento Cedric, aún no quedábamos frente al carruaje, pero ya se podía ver algo de el.

No pude evitar reír ante su comentario—. No es un carruaje de Hogwarts, es mí carruaje.

—¿Tu carruaje...?

—Es nuevo, será mi primera vez viajando en el. Pensé que sería una buena idea que sea la primera vez de ambos.

—Es un gesto tierno, cuando imaginaba cuando seria estar contigo, siempre pensé que yo sería el romántico.

—¿Te imaginabas como sería estar conmigo? —no pude evitar burlarme.

—...

—Eso sí que es tierno, Ced. ¿Desde cuándo te gusté? —seguí burlándome.

—Desde hace un año. —admitió.

Un año.

Cuando yo tenía novio.

Kass.

—¿Un año? —repetí en estado de shock, el cual cambié rápidamente— Vaya... nunca me di cuenta.

—No quise demostrarlo explícitamente... pensé que podrías asustarte. Me gustabas, pero prefería guardarme mis sentimientos y poder seguir hablando contigo como amigos. Lo único que me importaba era estar presente para ti.

—Siempre estarás presente para mí, Ced. —asegure con una sonrisa.

Llegamos al lugar del carruaje y un hombre nos esperaba ahí, lo reconocí rápidamente y con una sonrisa lo saludé;

—Señor Dante, es un gusto poder verlo —hable con una sonrisa. Dante era de las pocas personas en las que confiaba, siempre soporto a la niña insoportable que alguna vez fui.

ᴠɪʀᴀʜᴀ °•ᴄᴇᴅʀɪᴄ ᴅɪɢɢᴏʀʏ•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora