Por la ventana empezaron a colarse los primeros rayos que anunciaron el comienzo del día. Aunque se hallaba envuelta en una ligera sábana, y en varias partes del cuerpo su calor era estimulado por el chico junto a ella, tenía algo de frío; y recibió el contacto con gusto. La luz le bañó el rostro la mejilla primero y luego el resto del rostro. Estaba del todo consciente cuando decidió abrir los ojos.
A esa hora, el cuarto se volvía un espectáculo de luces y sonidos. El árbol junto a la ventana era artífice de ambas cosas. Los pájaros se paraban en él muchas veces a lo largo del día para cantar y descansar, y las hojas movidas por el viento hacían cambiar frecuentemente el lugar donde caía el sol; creando una especie de baile entre los ases de luz.
La mansión de los Fawcett (porque no había otra manera de describirla) se ubicaba en una parcela a media hora de camino de Londres. Quedaba lo bastante alejada de sus vecinas como para propiciar el silencio y la soledad. En el terreno, los árboles eran seres centenarios de truncadas ramas infinitas y troncos poderosos, el campo verde se extendía en varias hectáreas muy bien cuidadas, y la flora y ecología era como salida del mejor sueño de cualquier ambientalista. Priscilla podía comprender cómo, a pesar de tener un lindo departamento en Londres, los Fawcett hicieran de este su hogar de ocasiones especiales, como Navidad o vacaciones. Aunque tenían un casero y par de elfos, sin duda recurrían a la magia para mantener el lugar tan bien conservado con tan poca ayuda.
Roger sintió a Priscilla despertarse, e hizo lo mismo que llevaba haciendo toda la semana: apretarla un poco más antes de darse la vuelta para seguir durmiendo. Ella se acurrucó contra él, embriagada entre su aroma y su calidez. Era algo casi adictivo dormir junto a alguien, sin tener que recurrir a nada más que la compañía de la otra persona y el sonido de su respiración.
Habían llegado el día anterior, después de pasar el inicio de la semana junto a los padres de Roger en Londres. Él les había pedido permiso para hacer una pequeña reunión aquel día en la casa, que contaba con comodidades como piscina y un set de quidditch casero. A Priscilla no le sorprendió lo mucho que confiaban los padres de Roger en él; para ese punto, era fácil notar la buena fe del chico. Le esperaban grandes cosas en el futuro. Tal vez por eso se mostraron algo serios al principio, cuando vieron a la chica de la que su hijo parecía tan embobado ¿Era una buena influencia?
Priscilla no pretendía sub estimarlos, pero siguió la normas sociales convencionales e hizo lo que tenía que hacer para agradarles. Habló sobre sus excelentes calificaciones y clases extras, de sus padres muggles de buenas costumbres, y de las aspiraciones que tenía para su futuro, como medimaga (y tal vez creadora de pociones para la piel y el cabello). Para cuando fue de noche, ellos habían bajado la guardia por completo, y durante los siguientes días la trataron con familiaridad. Tanto que ni parpadearon dos veces al darles las llaves de una casa vacía a dos adolescentes.
Roger se tardó un poco más esa mañana, y su corazón latió durante varios minutos contra la oreja de Priscilla. Escuchó en calma, y el tambor se fundió con los otros sonidos que inundaban el ambiente.
—Es como si estuviéramos en la casa de Ana —sonrió Priscilla, alzando el rostro hacia Roger—. La de Tejas Verdes.
— ¿Esa es una manera de decir que mi casa es mágica? —balbuceó Roger, medio dormido.
—Eso es una redundancia, dado que somos magos —aclaró, presionando un beso contra su mejilla.
Se separaron y ella abandonó la cama. Recogió una muda de ropa de su mochila y fue directo al baño a darse una ducha. Roger continuó su costumbre de dormir hasta tarde, sin perturbarse por el sol o el movimiento en la habitación, como si durante las vacaciones tuviera que hibernar para compensar lo poco que dormía en el colegio, ocupado entre sus obligaciones, clases y entrenamientos.
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Friends [SIRIUS BLACK]
Fanfiction❝mis amigos no me amarán como tú❞ Priscilla y Sirius parecen haber encontrado lo que durante tiempo anhelaron: alguien en quien confiar y estar en casa. Una amistad, dirían ellos. Pero poco a poco sus corazones empiezan a querer más y sus almas se v...