Priscilla y James Potter llegaron a un acuerdo, puesto que ninguno de los dos sentía particular entusiasmo por convivir más tiempo del necesario con el otro. Priscilla se encargaría de recopilar notas e información, así como de acomodarlos, y una vez hecho, se lo entregaría a James para que éste lo transcribiera a un pergamino con pulcritud. Priscilla no se sentía muy tranquila, teniendo que poner parte de su nota en manos de otra persona, pero aquella fue la manera más sencilla de resolver el asunto.
Así pues, Priscilla se encontraba con Severus en la biblioteca, ambos muchachos enfocados en los libros que habían escogido y sus cuadernos pero compartiendo el espacio como tantas veces lo habían hecho. Madame Pince se hallaba muy agusto con aquellos estudiantes tan educados y silenciosos.
—Ojalá en enero volvamos a tener Pociones juntos —susurró Priscilla, al tiempo que daba vuelta a la página de su libro—. Te extraño en clases.
—Ya nos vemos siempre fuera de clase —sonrió Severus, y se subió las mangas del suéter—. Y así podemos hablar más.
Priscilla se sonrojó.
—Ya lo sé —bufó ella, y su mirada se arrugó— ¿Qué es eso que tienes ahí?
La expresión de Severus se petrificó, e intentó cubrirse la muñeca rápidamente. Priscilla lo cogió antes de que pudiera hacerlo y lo atrajo hacia sí. Alrededor de la muñeca de Severus había una gran marca rosada, como de fricción, en la que se habían formado algunas costras ya.
— ¿Qué te pasó? —cuestionó Priscilla en un susurro—. Severus, por Merlín ¿Quién te hizo eso?
—No es nada —masculló el muchacho, y tiró de su brazo con tanta fuerza que a Priscilla no le quedó otro remedio que soltarle.
La muchacha apretó los labios, muy ofendida.
—Severus, si no me dices ahora mismo quién te hizo eso, iré con el profesor Slughorn —declaró Priscilla—. Con el director, si hace falta.
Los ojos negros del chico le dirigieron una mirada muy ofendida; pero sabía que Priscilla estaba hablando en serio. Así que a Severus no le quedó otra opción que respirar hondo, y clavando la vista en la mesa –para no tener que ver la expresión compasiva de su amiga–, declaró.
—Fue Potter. Me lanzó un hechizo atabraquium y luego salió corriendo con sus amigos, así que tuve que esperar que perdiera fuera para poder librarme —explicó con un profundo fastidio, aunque se había sonrojado al recordar su humillación—. Pero al intentar aflojar la cuerda, me quemé y ahora tengo estos rosetones.
—No lo puedo creer —boqueó Priscilla— ¡Se supone que Lupin es el prefecto! ¿Y él no hizo nada por detenerlo?
—Jamás hace nada, Priscilla —le recordó Severus con rabia—. No te preocupes. Ya veré una manera de vengarme y darles lo que merecen... Son una pandilla de idiotas, de ególatras manipuladores...
— ¡Severus! —le llamó Priscilla, y estiró una mano a través de la mesa para intentar coger la de su amigo—. No me gusta que hables con tanta amargura.
— ¿Y qué quieres que haga? ¿Qué me quedé callado y esperando otra ronda de hechizos? —bufó el muchacho.
—Me gustaría que hubiera una mejor manera de solucionarlo todo —suspiró Priscilla— ¿Has ido a la enfermería? Tienes que curarte eso.
—Sí, y quedar como un soplón.
— ¡Tampoco debes quedarte callado! —negó Priscilla—. Hay que hablar con un profesor
—Priscilla, no quiero tus órdenes, ni tus lecciones de moral o tus miradas llenas de lástima —espetó él con rabia. Tenía el rostro atribulado, como si solo pudiera pensar en su amargura—. Yo me las puedo arreglar solo. Confórmate con quedarte en una esquina, como haces siempre.
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Friends [SIRIUS BLACK]
Fanfic❝mis amigos no me amarán como tú❞ Priscilla y Sirius parecen haber encontrado lo que durante tiempo anhelaron: alguien en quien confiar y estar en casa. Una amistad, dirían ellos. Pero poco a poco sus corazones empiezan a querer más y sus almas se v...