Bruno apenas se daba cuenta de cuan vulnerable era ante las peticiones de su sobrino, pues desde esa primera noche durmiendo en la misma cama, Camilo parecía inventar excusas para dormir con él sin que lo sepan las demás. Desde pretender interesarse tanto por ese polémico libro que caía la noche y terminaba envuelto en esas sabanas nuevamente, hasta aparecer en frente de su puerta a media noche por una pesadilla.
Y no se quejaba, claro que no. Dormir con Camilo era lo que mejor tranquilidad le otorgaba, meditaban juntos de ves en cuando y al respiro de "buenas noches" y "descansa" dormían acostados brindándose calor el uno al otro.
El recuerdo del incidente en la obra de teatro opacó cada sueño de Bruno, más concretamente la escena del baile. Las imágenes de Camilo en poses y expresiones sugerentes fueron hechos con el propósito de combinar con el ambiente erótico y elegante de la obra, pero para la mente adulta provocaba emociones de más. Bruno se preguntó si Camilo fue consiente de esos efectos secundarios.
El mayor no le vio (y tampoco quiso) nada preocupante al asunto hasta ahora.
Estaba Camilo, su visión sólo le permitía ver de sus hombros para arriba, tenía el rostro sonrojado y su mirada transmitía cansancio pero con intenciones de mirarlo fijamente. La poca luz del lugar le hizo deducir que se encontraban en esa misma habitación, que sería media noche y por alguna razón podía ver a su acompañante. Dejó de ver los alrededores en cuanto Camilo comenzó a descender, analizó mejor el rostro del menor que ahora tenía la cabeza levemente inclinada hacia adelante, los labios oscuros y ojos a punto de derramar lágrimas.
Bruno no supo cómo interpretar la situación de su sobrino hasta que su cuerpo volvió a subir, dejándole ver a Camilo abrir levemente la boca y soltando un suspiro al descender nuevamente, sin dejar de mirarlo a los ojos en todo momento. Se le era imposible desviar la mirada, toda su atención se centró en los ligeros temblores en los labios del menor, su constante sube y baja, y sus mechones rebeldes que cedían a la velocidad que Camilo aumentaba en cada movimiento.
Al instante el calor invadió los sentidos de Bruno, ya no solo por las expresiones que nunca esperó ver en su sobrino, sino por cada punzada que chocaba en su entrepierna cada ves que Camilo descendía. De pronto sintió que el tacto de sus manos sobre piel ajena, haciendo presión en los dedos supo que se trataban de un par de muslos, los cuales conectaban perfectamente con los movimientos de su sobrino en frente.
Ya era tarde para pensar coherentemente, la mente de Bruno se nubló en lujuria y deseos de acabar en cuanto vio a Camilo morderse el labio inferior junto con ojos suplicantes. Tomándolo con mayor fuerza, incrementó las envestidas hacia arriba donde el menor lo recibió con gemidos sin voz, ya que Bruno nunca había tenido el placer de escucharlo. Bruno fantaseó con cómo sonaría esa voz alegre de adolescente en plena pubertad siendo follado hasta correrse.
Bruno quiso explorar los gustos íntimos de su sobrino. Si le gustaban los hombres, ¿Cuál era su tipo? ¿realmente prefería ser follado? ¿tendría alguna fantasía por cumplir? ¿se masturbaba pensando en alguien? ¿alguien del pueblo?
Entrecerró los ojos enojado por la idea de ver a Camilo con alguien más, tanto que su mano soltó su muslo derecho para tomarlo por el cuello. El rostro del menor expresó asombro y ligero miedo que tentó a Bruno a presionar su pulgar sobre la manzana de Adán, casi asfixiando al pequeño Madrigal. Por un segundo distinguió su propia altura más prominente que la de Camilo, pues lo miraba desde arriba pudiendo observar el cuerpo desnudo de su sobrino.
Lo miró a los ojos acercándolo, donde el brillo de sus ojos verdes resplandecían reflejándose en las pupilas del menor.
Y así como su propia estimulación fue creciendo, un gran temor cayó de golpe haciéndolo despertar con un fuerte dolor de cabeza.
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Condenados [Bruno x Camilo]
FanfictionCamilo sufre ligeros episodios de depresión. Mirabel creyó que motivarlo a continuar con uno de sus hobbies favoritos lo ayudaría, y que con Bruno acompañándolos harían un trabajo espectacular. Pero tanto Bruno como Camilo confiesan sentirse condena...