Envolver

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Y no te voy a envolver

Sé que lo hacemo' y tú vas a volver

Un perreíto en la pared

Yo soy un caso que hay que resolver



Joaquín aparcó el coche y se acercó a Lucía, abriendo la puerta para que la mujer saliera, cogiéndole la mano, se dirigieron a la puerta de la cabaña que había alquilado para pasar la noche. El lugar había sido alquilado días atrás, pues llevaba días preparando una noche que se acercara a lo que Lucía merecía, esa noche tenía que ser inolvidable.

Abre la puerta para dar paso a Lucía, la mujer entra en el lugar observando cada detalle. Se hizo un camino de pétalos de rosa roja desde la puerta hasta la cama y se rodeó de velas, había una pequeña mesa y sobre ella una cubitera con champán y dos copas, alrededor de la mesa tenía dos sillones y un pequeño sofá, la enorme cama estaba decorada con pétalos encima.

 Se hizo un camino de pétalos de rosa roja desde la puerta hasta la cama y se rodeó de velas, había una pequeña mesa y sobre ella una cubitera con champán y dos copas, alrededor de la mesa tenía dos sillones y un pequeño sofá, la enorme cama estab...

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- ¡Vaya, qué bonito! - Lucía se volvió para mirar a Joaquín.

- ¿Te gustó? - El hombre se acercó a ella.

- ¡Me encantó, mi vida! - Lucía le sonrió.

Joaquín se apartó de ella y sirviendo el champán. Camina hacia ella de nuevo, entregándole un vaso, se para al frente a la mujer y admira cada rasgo de su cara delicada, era tan dulce y tan femenina a veces, pero tenía una fuerza inexplicable. Pone un mechón de pelo detrás de la oreja, y la ve morderse inocentemente el labio inferior, lo que deja el hombre a mil.

- ¡Por ti, por nosotros y por todo lo que nos queda por vivir! - Joaquín levanta su copa.

- Por nosotros, por nuestro amor y por todo lo bueno que está por venir. - Lucía choca ligeramente los vasos.

Toma un sorbo de su bebida mirando a los ojos de Joaquín, su mirada emitía pasión y deseo. Toma otro sorbo de la bebida y entrega la copa al hombre, vuelve a colocar las dos piezas sobre la mesa y se mueve hacia Lucía una vez más.

La rodea por la cintura, pegando sus cuerpos, sus ojos se posan en la boca de ella, que aún tenía rastros de la
del labial rojo que se había aplicado en casa. Las manos de Lucía se dirigieron al cuello de Joaquín, Joaquín abre la boca dispuesto a recibir los labios femeninos. Las bocas se unieron como un imán, la lengua de Joaquín pidió acceso a la boca de Lucía y allí comenzó una deliciosa batalla entre las lenguas.

Joaquín sujetó la nuca de Lucía ejerciendo cierta presión, una de sus manos bajó hasta a las piernas de ella, pasó la mano por la abertura y comenzó a acariciar sus gruesos muslos dando unos cuantos apretones, dejando la marca de sus manos. Le levanta el vestido para que pueda subirse a su regazo y entrelazar sus piernas alrededor de su cintura, sujetando la espalda de Lucía y sin romper el beso se mueve hacia la cama, colocando el cuerpo femenino en la enorme cama.

Hay Que Estar En Mi LugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora