Si Volviera Atrás

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  "La decisión de separarnos ya está tomada

    y nuestros caminos ya han tomado

   direcciones opuestas.

   Pero si pudiera volver atrás

   y mostrarle cómo es posible

   hacer las cosas de otra manera,

   tal vez todavía

   estaríamos a tiempo de ser felices."


El comedor estaba en total silencio, no un silencio agradable, era incómodo. Los ojos de la Galán se fijaron en su madrastra, que estaba sentada junto a su padre. Ella sentía lástima, una mujer tan fútil como ella, era altiva y le encantaba sentirse la reina del mundo.

Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos, odiaba tener que ir a casa de su padre y estar en el presencia de esa mujer, desde que su abuela Engracia los había dejado, era la primera vez que
pisaba la casa de su padre, sus visitas en la casa eran sólo para ver a su abuela o en alguna fecha conmemorativa.

- ¿Y cómo va la universidad, hija? Tu madre me dijo que has tenido exámenes toda la semana. - Preguntó Joaquín, rompiendo el silencio.

- Sí, papá, tuve exámenes toda la semana. Con esta pandemia la escuela ha redoblado los exámenes. - Respondió Rocío.

- ¿Vendrás con nosotros a la casa de vacaciones este año? - Joaquín miró a su hija.

- No te preocupes, esta vez no iré, querida. Pasaré las vacaciones con mi familia. - Viviana habla por primera vez desde que se sentaron a la mesa para cenar.

- Sí, papá. Damián y yo iremos. - Una sonrisa tranquila se dibujó en el rostro de la joven Galán. - Genial, vamos a pasar las celebraciones en familia, hace mucho tiempo que esto no ocurre. - Rocío se limpió la boca con la servilleta.

- Sigues siendo la misma niña mimada desde que me casé con tu padre. - Viviana puso los ojos en blanco.

- Antes de que llegaras a la vida de mi papá, mi madre y yo ya existíamos, querida, Viviana. - Rocío sonrió fuerzadamente.

- He perdido el hambre. - Viviana arrojó su servilleta sobre la mesa, abandonando el lugar.

Joaquín sacudió la cabeza, sonriendo discretamente. Rocío podía ser exactamente como Lucía cuando quería.

El único sonido que había en el depa era el de la televisión de la habitación de Lucía, y probablemente ya estaba en su sueño más profundo. Rocío se dirigió a la habitación de su madre, abriendo la puerta, entró en silencio, acercándose a la cama.

La cara de su madre era tranquilo, lleva su mano entre las hebras rubias haciendo una ligera caricia, por su madre sería capaz de todo.

Recordó exactamente la vez que se enfrentó a una compañera de clase para defender a sus padres, pero sobre todo a su madre.

FlashBack - Enero 2010

El bullicio en la escuela de Rocío Galán era el mismo de siempre. "La hija del dos hermanos", "el fruto del incesto", "la hija de los incestuosos".

- ¿Qué se siente al ser fruto del incesto, Rocío? - Una niña de la misma edad que Rocío preguntó.

- Me siento bien, Clara. Mis padres me planearon con mucho cuidado, no soy un accidente y desde que llegué he recibido mucho cariño y amor. - Rocío contestó a su colega.

Hay Que Estar En Mi LugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora