Mi Verdad

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Hay mentiras compasivas

Hay mentiras por piedad

Que no quieren lastimar

Hay mentiras que nos hieren de verdad

Ay, ay, ay

Hay engaños que por años

Ocultaron la verdad

Haciendo mucho daño

Ay, yo me voy a refugiar

A la tierra de tu amor (mi verdad)

Tú eres mi amor, mi alegría

La verdad de mi vida

Mi bebe que me salta a los brazos de prisa

Tú eres mi refugio y mi verdad




Tras aparcar el coche en el garaje, Joaquín baja y entra en la casa. Estaba en silencio, lo que llevó a lo hombre a creer que no había nadie en el lugar, lo cual se equivocó. Después de subir el primer paso de la escalera, oye la voz de Viviana llamándole, se gira mirando a la mujer.

- Viviana, ¿qué significa eso? - Joaquín mira a la mujer con los ojos muy abiertos.

- ¡Una sorpresa! ¿No te gusta, mi amor? - Pregunta, dándose la vuelta para mostrarle el conjunto de braga y sujetador que llevaba con su hoby.

- ¡Viviana, ve a vestirte! Ponte algo de ropa decente, ¡necesito hablar contigo! - Joaquín gira de espaldas a su mujer.

- Primero vamos a arreglar nuestra innecesaria pelea, amor, nos hice una cena y me puse este traje ¡en su color favorito! - La mujer se acercó y agarró su traje.

- ¡No! Quiero que te vistas y bajes para que podamos hablar, no estoy bromeando. - Joaquín dijo seriamente, quitando las manos de su traje.

- Joaquín, ¿has estado con tu hermana? - Viviana le miró intrigada.

- ¡Claro que sí, y lo sabes! Estábamos trabajando. - contestó Joaquín, mirando fijamente a su mujer.

- Más que eso Joaquín, ¿tu hermana y tú estan se acercando de nuevo? El perfume de Graciela está en tu ropa. - Ella lo miró.

- ¡Vístete y ven para que podamos hablar bien! - preguntó Joaquín.

Viviana subió a la habitación para cambiarse de ropa, sabía que Joaquín iba a decir algo sobre la separación. Ella sentía que el hombre estaba extraño y distante desde el día que almorzó con Lucía y Rocío, y el día que durmió en el estudio, todo empeoró. No había conversación entre ellos, estaban distantes y él no dormía en la habitación, mientras se ponía la blusa, en sus pensamientos relampagueaba lo mucho que había luchado por conseguir una oportunidad con el Galán. Estuvo tras él durante varios días, siguió todos los espectáculos que la ex pareja tenía
hecho en España, estaba pendiente de saber dónde se alojaba para poder enviar regalos para el hombre. Hasta que un día se las arregló para estar cara a cara con él después de un espectáculo, insistió en organizar una cita sólo para ellos dos, recuerda cómo se comportó Lucía tras ver que Joaquín había aceptado salir.

Se miró en el espejo, había luchado mucho para tener una oportunidad con Joaquín y no lo dejaría después de diecisiete años de dedicar su vida a él. Después de todo lo que ella había hecho para que él olvidara la estúpida idea de volver con Lucía, después de todo lo que había aguantado, las respuestas de Rocío. Había aguantado demasiado como para dejar que todo terminara.

- ¡Listo! ¿De qué quieres hablar, amor? - Viviana se sienta a su lado en el sofá.

- Voy a ser sincero contigo. - Joaquín respira profundamente. - Viviana, te doy las gracias por todo lo que has hecho por mí, por todo tu esfuerzo y dedicación para que nuestra relación fluyera, y mira, funcionó, pasamos diecisiete años juntos, fueron años de alegría y tristeza. Quiero que sepas que te admiro y admiro tu fuerza de voluntad para estar siempre conmigo, pero nunca pude amarte como te merecías, tú eres una mujer intensa, entregada y que merece a alguien que pueda amarte y darte todo lo que siempre buscó en mí y no tuvo. - Joaquín la miró a los ojos.

Hay Que Estar En Mi LugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora