Me Complace Amarte

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Me complace amarte

Disfruto acariciarte y

ponerte a dormir

Es escalofriante

Tenerte de frente, hacerte sonreír



En aquella habitación que compartía la pareja, Lucía se levantó de la cama a toda prisa, corriendo hacia el baño, Joaquín se despertó, mirando a su alrededor, cuando escuchó el sonido de Lucía vomitando, se levanta de la cama y va al baño.

- Cariño, ¿qué pasa? - preguntó Joaquín medio dormido, sujetando el pelo de Lucía.

- Creo que la cena de anoche no me hizo ningún bien. - Lucía respondió con un hilo de voz.

- Lávate la boca y túmbate de nuevo, te prepararé un té. - Joaquín le besó la mejilla.

Caminó hacia la cocina sin hacer ruido, Rocío y Damián seguían durmiendo y era muy temprano para para que se despiertan. Busca el té en el armario y coge una taza, prepara el té y coge una fruta,
Pondría a Lucía a comer aunque sea un trozo.

Vuelve a su habitación y cuando abre la puerta ve a Lucía tumbada, estaba pálida y débil. Tenía los ojos cerrados, como si no pudiera soportar mantenerlos abiertos. Se acerca a la cama y se sienta, llamándola en un tono bajo para no asustarla, le entrega el té y la observa beberlo tranquilamente.

- Joa, lo que te dije anoche, sobre... Sobre el deseo de romper no era cierto. - Dijo con la cabeza baja.

- Lo sé, por eso vine a dormir en medio de la noche en tu cama. - Joaquín le sujetó la barbilla, haciéndole levantar la mirada. - Escucha amor, hemos desperdiciado más de veinte años de nuestras vidas con otras personas, años que podríamos haber utilizado viviendo nuestra vida juntos, viendo crecer a nuestra hija juntos, y ahora que te tengo de vuelta, no te perderé tan pronto. - Joaquín la besó.

- Siento haberte ocultado el tratamiento, sólo quería sorprender a vos y nuestra hija. - Lucía dejó escapar un par de lágrimas.

- No llores, mi vida. En cuanto a la cuestión del embarazo, mi punto no era que vos es vieja para tener un bebé nuestro, y si su salud y entre tener un bebé y tenerte saludable, yo prefiero tener a ti con salud. - Joaquín le acarició el pelo. - Y perdóname por la forma en que te hablé ayer. Estaba nervioso y no debería haberte hablado así bajo ninguna circunstancia.

- No pasa nada mi amor, lo importante es que ambos aprendamos a asumir nuestros errores y perdamos las disculpas. Ya es un paso muy importante para nuestra relación, tú y yo sabemos bien que nuestra relación llegó a su fin aquella vez porque ambos, y principalmente yo, no trabajamos en el perdón. - Lucía le cogió la mano.

- Entonces, ¿estamos bien? - preguntó Joaquín, sonriendo.

- ¡Sólo si me das un beso como el que me deja ser aire! - Lucía le miró sonriendo.

Joaquín sonrió tirando de ella hacia su regazo, Lucía se sentó sobre él, dejando una pierna a cada lado, sus brazos estaban alrededor de su cuello. Joaquín le sujetó la nuca y la besó, su lengua pedía paso en su boca. Fue un beso cálido y delicioso. El hombre tiró de los labios de la mujer con
sus dientes, haciéndola gemir, cuando empezaron a quedarse sin aire, se separaron pegando frente con frente con una débil sonrisa en los labios.


21 de julio de 2021, Lima - Perú

La mañana amaneció en el dormitorio de la pareja y Joaquín abrió los ojos para encontrar a Lucía entrando en la habitación con una bandeja de desayunoy justo detrás de su mujer, su hija, con una caja de regalo. Lucía sonrió al verlo rascarse los ojos y sentarse en la cama para recibir a las dos mujeres de su vida.

Hay Que Estar En Mi LugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora