¿Alguna vez has amado con todo tu corazón? ¿Hubo siquiera un momento donde pensaste que si esa persona te dejaba, ibas a morir?
Mentiras, mentiras que te hace creer el corazón, o tal vez puede que sean verdades.
La mirada es el reflejo del alma por...
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No sé de qué están hechas las almas, pero la mía y la tuya son una sola.
-EmilyBrontë.
1 de julio del 2018.
¿Cómo puedo describir todos los sentimientos que siento por ella?
No puedo hacerlo.
Ella es mi sol, es mi luna, es mi luz, es mi corazón y más allá de todo sé que algún día será mi alma. «Mi hábito». Ella es mi adicción y quiero que lo siga siendo.
Mientras conduzco, disimuladamente observo su rostro, no obstante, le hago creer que estoy viendo los retrovisores. Ella apoya su cabeza en la ventana mirando las luces de la capital de República Dominicana. Si supiera que entre tantas luces, solo la veo brillar a ella.
Dejo de mirarla y me concentro en manejar.
Mi suerte nunca mejora. Hay tráfico y eso significa quedarme atrapado por algunos minutos hasta que las personas se dispersen a sus respectivos hogares, así que aprovecho para sacarle conversación a Isabella.
—¿Te gusta la capital? —Pregunto esto mirando su hermoso rostro.
—Sí, me gustan las luces, siempre me ha gustado la iluminación de Santo Domingo. Al haber tantas luces, siento que viajo en el tiempo o algo así. Suena estúpido, lo sé, pero estar de noche en santo domingo me da paz. — me mira y sonríe tímidamente. Le levanto la barbilla para que me mire.
—Nunca te avergüences de expresarte como quieras o de decir lo que piensas. Me gusta escucharte, pequeña.
—Gracias... —Isabella deja de mirarme para enfocarse en el frente del auto. Al principio me pregunto que pasa, sin embargo, luego de mirar hacia el frente veo que está saliendo un hombre de su auto y se está dirigiendo hacia mí.
Isabella vuelve a mirarme.
El hombre viene hacia mí auto con un objeto metálico y antes de que cometa una estupidez, mejor resuelvo eso.
—Pequeña, voy a bajar por unos minutos y pase lo que pase no salgas del Jeep. —le doy un beso corto en los labios a lo cual ella intenta retenerme, pero no lo logra.
Bajo del auto y camino a donde está el hombre y este ni espera a que llegue para buscar pelea.
—Imbécil, me golpeaste atrás y me rompiste una luz. —dice este enojado.
—Pues no fui, es lo único que diré. —Y, hago el movimiento con mis hombros de que no me importa lo que dice.
