ONE-SHOTS ━ multifandom

gyutaro shabana 🔞 bff's brother

Por fin había acabado la época de exámenes, lo que significaba que Daki y _______ por fin podían hacer planes tranquilas, sin sentirse mal por no aprovechar el tiempo estudiando. Llevaban tiempo queriendo hacer una fiesta de pijamas en sus casas. Ahora, mientras esperaban las notas de acceso a la universidad, tocaba relajarse y pasárselo bien. 

Esa noche estaban en casa de Daki. Ya era de madrugada y la casa estaba completamente en silencio, pero a _______ le estaba costando dormirse. No era por no estar habituada a dormir en una cama que no fuese la suya, no; estaba acostumbrada a dormir en casa de Daki, eran mejores amigas desde que empezaron el instituto y ya lo habían acabado, estaba más que acostumbrada a dormir allí, esa era casi su casa y su habitación; el problema es que había acabado una fase de su vida y ahora estaba entrando en otra, la cual desconocía y temía horrores. La vida adulta parecía horrible en todos los sentidos. No quería ser adulta, aún no. No estaba lista para todo lo que se le venía encima, tantas cosas que hacer y que la gente esperaba de ella... 

Quiso beber agua para hidratarse y despejarse un poco, pero la botella de agua que había en la habitación ya estaba vacía. Le daba mucha pereza solo pensarlo, pero tendría que levantarse de la cama, bajar las escaleras, ir a la cocina y servirse uno o dos vasos de agua. 

Fue a la cocina y para su sorpresa, allí estaba él, el hermano mayor de Daki, Gyutaro. Estaba sentado en la mesa, comiendo una bolsa de patatas fritas y viendo algo en el móvil, con el brillo a tope y con los auriculares. Iba en calzoncillos y con una coletita en la parte alta de la cabeza, cosa entendible con el calor que hacía, aunque era la primera vez que lo veía sin camiseta tan de cerca. 

Su atención fue captada por la joven invitada, a la que pudo ver gracias a la luz de la luna llena y las estrellas que entraba por la ventana de la cocina. Junto a esa iluminación y cuando se acercó a él, pudo ver que iba en bragas y llevaba un top corto y ancho, sin sujetador. 

Ella lo saludó con la mano y él con un gesto con la cabeza. No se quitó los auriculares ni pausó el vídeo de YouTube que estaba viendo, pero bajó el volumen del vídeo al completo. Quería escucharla si es que decía algo, pero al pausarlo parecería que esperaba que ella le dirigiese la palabra. 

Vió como se dirigió al frigorífico, poniéndose a su derecha. No pudo evitar mirarla de reojo, y girarse a contemplar su preciosa y seductora silueta gracias a la luz del interior del frigorífico. Joder, ya se le estaba empezando a poner dura, y no ayudó verla inclinarse levemente sobre la encimera y poniendose de puntillas para coger un vaso de cristal de la estantería y servirse el agua. 

—Menudas horas para un picoteo, ¿no? —preguntó ella entre sorbo y sorbo, apoyada en la encimera, mirándolo. 

—¿Qué hora es? —preguntó él, alzando la barra de notificaciones de su móvil—. Ah, las cuatro de la mañana. Aún es pronto.