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jeanmarco | jersey

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—Bien. Ahora que se acerca el invierno... ¡Le haré un jersey a Marco! —pensó decidido Jean—. Aunque no sé hacer punto. Y no le puedo decir a nadie que me enseñé... Tendré que apañarmelas por mí mismo. Supongo que tendré que mirar tutoriales en YouTube, comprar en tiendas, y más mierdas así...

Jean se sentó en su escritorio y encendió el ordenador. Entró a YouTube, y puso "Tutoriales para hacer un jersey de punto" en el buscador. Le salieron muchos, asique escogió el video que le pareció más aesthetic.

Se puso a ver el video, y al poco, entró su madre a la habitación.

—Jean- ¿Qué estás viendo?

—¡Mamá! ¡¿Cuantas veces te he dicho que llames a la puerta antes de entrar?! —su madre se acercó a la pantalla de el ordenador.

—Con que jerseys de punto, ¿eh? ¿Le vas a hacer uno a Marco?

—¡Mamá! —se sonrojo.

—Sí, es eso.

—Tch.

—¿Y por qué no me preguntastes a mí?

—Porque me da vergüenza. Además, supuse que no sabias hacer punto.

—Pues supusiste mal. Sí sé. ¿Quieres que te enseñé yo?

—Em... No sé...

Su madre hizó una mueca.

—Tan orgulloso como siempre... Está bien. Como quieras.

—¿Tienes lana y agujas de punto?

—Las agujas sí, lana no. Tendrás que ir a comprar.

—¿Dónde?

—La modista del barrio vende. Ahí.

—¿Y está abierta ahora mismo?

—Supongo.

—¿Y cuánto cuesta la lana?

—No más de quince euros.

—Está bien. Voy ahora mismo a comprarla.

Jean se vistió y arregló. Agarró su móvil, sus auriculares para escuchar canciones de Megadeth en el camino y su monedero, y se aseguró de que tuviese el dinero suficiente. Sí lo tenia.

—En un rato vuelvo —se despidió Jean en la puerta de su casa.

—Lleva cuidado —dijo su madre.

—Síiii.

[  . . .  ]

Ya, en la modista...

—Buenas —saludó Jean a la modista.

—Buenas —devolvió el saludo ella.

—¿Usted vende lana? —preguntó él.

—Sí —señaló ella un rincón de la tienda. Habia de muchos colores—. Si necesitas ayuda pidemela.

—Muchísimas gracias.

Decidió que el jersey fuera azul, y con un corazón rosa.

—Perdone.

—¿Sí?

—Em... ¿Para un jersey, un poco más grande que yo, cuanta lana necesitaria?

—3 rollos.

—Está bien, gracias.

Jean pagó y salió de la tienda.

—¡Hey, Jean! —llamó una voz muy familiar. Se le subió el corazón a la garganta.

—Ah, hola Marco —se saludaron con un pico—. ¿Qué tal? ¿Qué hacías en la modista?

—Haciendo recados a mi madre.

—Awww que dulce. Yo vengo de ver una serie en casa de Armin.

Pasadas más o menos dos semanas...

—Marco, cariño —llamó Jean nervioso.

—¿Qué ocurre?

—Tengo algo que darte.

—Jean, me sigue doliendo el trasero tras lo de ante ayer.

—¡No digo eso! —dijo sonrojado—. Ten —le dio una bolsa a Marco.

—¿Qué es esto? —Jean se sentó a su lado.

—Abre la bolsa.

Marco abrió la bolsa y sacó el jersey. No estaba muy bien hecho pero Jean dió su mejor esfuerzo y la intención es lo que cuenta.

—Awwww, ¿¡lo has hecho tú!?

—Sí. ¿Te gusta? Si no es así, no hace falta que te lo quedes ni nada...

—No me gusta, ¡me encanta! ¡Muchísimas gracias! Jean, eres un encanto de hombre —Marco abrazó a Jean y lo besó.

—Me alegra que te guste —dijo sonriente Jean.

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