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din djarin 🔞 the dress

the dress | el vestido

advertencia: +18

nota de autora: no estoy acostumbrada a escribir escenas sexuales pero he hecho lo que he podido.

palabras: 2575.

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La próxima misión era en el Borde Exterior, en el Sector Corporativo, en el planeta desértico Cantonica, en la ciudad costera de Canto Bight, con vistas al océano artificial más vasto de toda la galaxia. Era el patio de recreo para adinerados extravagantes y glamurosos, llena de casinos y pistas de carreras en los que apostar, y la comida y la bebida más elegante y cara.

Tenian que encontrar a un proxeneta y matarlo. Pero Din no podía entrar allí ya que llamaría muchísimo la atención con su armadura, sabrían los motivos por los que estaría allí y no se permitía a si mismo quitarse la armadura y menos el casco. La única opción era que fuese por él _______ e hiciese el trabajo sucio por él.

-Vale, pero no puedo ir vestida así. Necesito ropa glamurosa y tacones, y dudo que tú tengas de eso. Si no voy vestida así sospecharán de mi y dudo que me dejen entrar.

-¿Y sabes dónde conseguir ropa así y no demasiada cara?

-Supongo que en Coruscant. Allí se puede conseguir de todo.

-Está bien, te llevo, pero yo no iré contigo, me quedo aquí con el crío.

Y así fue. A él no le gustaba Coruscant, en ese planeta no cabía ni una aguja, lo detestaba, "demasiados ojos y bocas", le ponía nervioso, prefiria mostrarse en lugares con pocos habitantes y más espacio, ya que pasase lo que pasase allí, con suerte no lo vería nadie para contarlo.

Se despidió de él y el bebé, y salió de la nave. Prometió llevar cuidado con todo y todos, y estar de vuelta donde él había aparcado la nave antes de que cayera la noche.

Caminó y observó la ciudad y sus habitantes. Buscaba una tienda de moda pero se sentía abrumada con tantos sitios a los que mirar, tanto bullicio, tantas señales... Y no es que fuese la primera vez que iba a Coruscant; todo lo contrario, vivió allí en su infancia, pero jamás tuvo la oportunidad de salir y perderse por sus distintas calles y niveles.
Al final decidió preguntar, y paró a otra humana de su edad. La mujer a la que paró fue muy amable, y le ayudó a llegar a una tienda.

La tienda era de unas twi'leks de distintos colores de piel cada una. Una de ellas se le acercó y le preguntó si le podía ayudar en algo, asique esta le contó que necesitaba un vestido elegante y unos tacones a juego.

-¿Puedo saber para que ocasión lo necesita? -preguntó la empleada twi'lek.

-Una fiesta de noche en un casino -respondió ella.