A/N: Trigger Warning porque hay escenas un poco sensibles en este capítulo.
CAPÍTULO 6
Waiting Game
El coronel Prieto y yo habíamos coincidido en varias ocasiones. No me sorprendió verle allí. Tampoco que aquel reservado pareciese formar parte de un mundo completamente diferente al nuestro.
— Raquel Murillo—dijo. Mi plan se fue a la mierda en cuanto él apareció. Así que me tocaba improvisar. El lugar estaba concentrado, pero solo yo lo sentía. Solo yo sentía el aire como algo valioso que parecía estar escapándose poco a poco de mis dedos.
— Coronel Prieto.
Podría haberme pedido que le llamase por su nombre, pero incluso en una situación tan comprometida, le gustaba sentir la sensación de poder que ejercía sobre mí. Mi HK era completamente inútil en el bolso, el cual colgué en el perchero nada más lo vi. No, Prieto y yo no estábamos solos. A su lado, en frente de mí, se situaba otro hombre que reconocí al instante como Arturo Román porque Mónica me había enseñado alguna foto. Cuando entré, sacó la cabeza de entre las tetas de una bailarina para mirarme. Creo que yo le gusté más porque era inalcanzable.
Con ellos, también estaban dos tipos más que a aquellas alturas, iban demasiado cocidos como para servirme de ayuda. Había una chica bailando. Su cuerpo se movía pero su mente parecía estar en otro lado. Sentí su monotonía y su cansancio pesado que hacía que sus dedos se aferrasen a la barra de pole dance como si esta fuese lo único capaz de mantenerla con vida. Me pregunté cuánto tiempo llevaría haciendo eso. Se me revolvió el estómago porque no podía hacer nada. No podía pedirle que parase, cogerla y sacarla de allí. No se me olvidaba que era Sergio quien dirigía aquel lugar.
— Es una lástima, Murillo. Porque con un vestido más corto y una de esas pelucas sería toda una delicia.
— ¿Se le pone dura al pensar en tener a mujeres que no quieren nada con usted a su disposición? —ladré, sin cortarme. Prieto carcajeó de manera audible. Dio un par de palmadas sobre el sofá y me indicó que me sentase.
— ¿cómo va la investigación? — Me preguntó. Claro que lo sabía. Cómo no iba a saberlo.
— Bien.
— ¿Por eso está aquí? —alzó una ceja—. Mire, se lo estoy preguntando de manera genuina. Daniel era mi amigo. Un buen amigo mío—especificó y miró a su alrededor. Supe entonces que aquellos hombres eran su compañía habitual en aquel lugar.
— Él está muerto y usted lo está... ¿celebrando?
— Hay muchas maneras de ver la muerte— Se encogió de hombros—. A Daniel le hubiese gustado esto. Esta noche es... en su honor.
Y me ofreció champán.
— Usted forma parte de la justicia, coronel—rebatí, cogiendo la copa—. Y Daniel era su amigo.
A Prieto no le tembló ni un músculo. Apenas me miró, pues sus ojos recorrían las curvas de aquella muchacha. Sus pupilas estaban lo suficientemente dilatadas como para saber que no era solamente el deseo aquello que las oscurecía. Para él, yo no era nada más que un trozo de carne que se atrevía a romper el silencio.
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EL DALÍ #Serquel
FanfictionRaquel, inspectora de homicidios. Sergio, heredero de un imperio de la noche en Madrid tras la muerte de su hermano. Divorciados. Un asesinato y una tarjeta de visita que les involucra a ambos legal e ilegalmente.