12. Huele a espiritu de equipo

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DÍA DOS - Viernes Mediodía

- Sigo sin etender porque tengo que llevar camisa rosa—gruñó Yoongi, tirando de la camiseta fucsia brillante que llevaba con un par de pantalones cortos caqui—. Recuérdame que le patee el trasero a Jungkook cuando lo veamos.

Taehyung puso los ojos en blanco y tiró de Yoongi fuera del ascensor y hacia el Salón Santiago De Las Coras14, donde el itinerario les había dicho que se reunieran al mediodía. —No. No lo harás. Puede que tengas un arma en la boca, pero Jungkook podría machacarte durante horas y no sudar.

—Gracias por el voto de confianza.

Taehyung se detuvo en medio del atrio y se volvió para mirar a su compañero. Pasando sus nudillos por un lado de la mandíbula de Yoongi, dijo: —no quiero que nadie rompa esta cara sexy. O esta mandíbula. Cerrarla con alambre para que sane me quitaría al menos una o dos de mis actividades favoritas.

—¿Solo una o dos?

—Yoon, nada de patear culos. Dilo.

Yoongi suspiró. —Bien. Nada de patear culos.

—Bien. —Taehyung le besó en los labios, y luego volvió a tomar su mano.

Mientras Yoongi caminaba a su lado, miró de reojo a Taehyung. —Sin embargo, tú te ves jodidamente sexy de amarillo.

—Dices eso de todo lo que me pongo.

—Solo porque es verdad. También lo digo de todo lo que no te pones.

Las puertas de la sala de reuniones estaban abiertas de par en par, y cuando entraron, estaba claro que eran los últimos en llegar. Había por lo menos una docena o más de personas en diferentes colores, amarillo, azul, verde, púrpura y rosa. Yoongi inmediatamente señaló a uno de sus compañeros de equipo de rosa, una rubia con una risa fuerte cuya etiqueta decía 'Paige'. Luego su mirada se posó en los demás hasta que vio a un hombre alto mirando hacia otro lado, su amplia espalda estirando la camisa rosa que llevaba puesta. Como si pudiera sentir la mirada de Yoongi, el hombre se dio la vuelta, y cuando ambos se miraron bien, maldiciones salieron de sus bocas.

—¿Qué coño haces aquí, Min? —dijo Finn.

Yoongi, que nunca se quedaba sin habla, abrió y cerró la boca antes de menear la cabeza como para despejarla. —Tiene que ser jodidamente una broma.

Carlos dijo desde detrás de la cámara: —¿os conocéis?

Yoongi resopló, aun mirando en la dirección del otro hombre. —No tan bien como le gustaría.

—Oh, dame un respiro —dijo Finn—. Eso fue hace años.

El compañero de Finn, Brantley, se acercó a la pareja y le tendió la mano a Taehyung.

—Me alegro de verte de nuevo, Taehyung —dijo Brantley, estrechando su mano, y luego su atención se volvió hacia Yoongi—. Jugamos bien juntos la última vez que estuvimos en la misma habitación, así que tratemos de recordar eso.

—Ooh, la, ¿qué es eso de jugar juntos? —dijo Paige, viniendo a pararse al lado de sus dos compañeros de equipo—. ¿Y puedo estar en el medio?

Su hombre, Dawson, estaba directamente detrás de ella con una camiseta amarilla, y se inclinó hacia ella para estrecharle la mano a Taehyung. —Parece que estamos en el mismo equipo. Y también Nate — dijo Dawson, asintiendo al tipo en cuestión.

Los ojos de Yoongi se entrecerraron mientras miraba a Dawson y luego a Nate. —¿Quién hizo estos equipos? ¿Tae está en un equipo con los tíos buenos y yo estoy atrapado con Finn?

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