2. Sol. Surf. Sexo

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-Asi que tienes que mantener los dedos de los pies en la cola de la tabla y agarrar los rieles bajo el pecho de esta manera —dijo Jin cuando se acostó sobre la tabla de surf para mostrarme lo básico de su pasatiempo favorito en un tramo aislado de la playa. No es que estuviera prestando mucha atención a las palabras que salían de su boca. Estaba mucho más interesado en la forma en que sus músculos se flexionaban bajo el traje ajustado de buceo Body Glove2 que llevaba puesto.

Mientras se levantaba para ponerse de pie sobre la tabla, mi mirada viajó por la amplia extensión de su espalda hasta llegar a su trasero.

—Mira cómo mi pierna dominante está en la parte de atrás. ¿Estás prestando atención?

—Mhmm —murmuré mientras me mordía el labio inferior y continué mirando.

Jin se volvió hacia mí, y sus manos se fueron a sus caderas. —Ah, ¿sí? —dijo cuando levanté la vista—. ¿Qué acabo de decir?

Dando un paso hacia delante, le di una sonrisa arrogante mientras lo empujaba de la tabla de surf, que arrojé a la arena, y lo arrastré contra mí. Luego dejé que mis manos se movieran sobre los músculos firmes y redondos de su trasero. —Algo sobre ser un dominante por la parte de atrás —dije, mordiendo su lóbulo—. ¿Por qué no te das la vuelta?

Un gemido de frustración salió entonces de Jin, pero su cabeza se inclinó hacia un lado para dejar que mis labios bajaran por su cuello. —No te sentirás tan arrogante cuando no puedas levantarte en esa tabla.

—Oh, siempre puedo levantarme, no te preocupes.

Sus manos cubrieron mi pecho y me empujó suavemente. —¿Qué tal si me lo demuestras, campeón? —Luego señaló la larga tabla que había alquilado para el fin de semana—. ¿Por qué no me enseñas cómo se hace?

—Es más divertido verte.

—Jungkook. Pon tu trasero en esa tabla.

Entrecerré los ojos al sol y sonreí. —¿Vas a estar así de mandón todo el fin de semana?

—Si tienes suerte.

Di un paso atrás, así que estaba junto a mi tabla y crucé los brazos. Llevaba puesto mi traje de neopreno, pero todavía estaba desabrochado y colgando alrededor de mis caderas mientras Jin me guiaba paso a paso a través de este proceso, y mi movimiento tuvo el efecto deseado. Se pasó una mano por la nuca y por el pelo, dejándolo despeinado y oh tan sexy.

—¿Qué? —le pregunté—. Estoy de vuelta en mi lado de la tabla.

—No te hagas el inocente conmigo, Jeon. Estoy tratando de enseñarte una nueva habilidad. Una que evitará que te hagas daño a ti mismo. Y tú estás ahí de pie siendo todo... —Agitó la mano hacia arriba y hacia abajo, señalando a la expuesta parte superior de mi cuerpo.

—¿Sí?

—Mira. Para —dijo, y luego señaló la tabla—, y sube la cremallera de ese maldito traje de neopreno para que no pueda ver todos tus músculos.

Arqueé una ceja mientras me movía para deslizar mis brazos a través del material sintético elástico, y cuando alcancé la cremallera y la subí a la base de mi cráneo, Jin gimió.

—Vale, eso es casi peor que no llevar traje de neopreno.

—Lo siento. No me estás mirando, ¿verdad? Porque se supone que tienes que prestar mucha atención para enseñarme algo que podría salvarme la vida —dije mientras me daba la vuelta e hice una demostración de que me agachaba para subirme a la tabla.

—¿Te estás divirtiendo ahora mismo? —preguntó Jin.

—Tal vez un poco.

—Sí, bueno, esperemos que eso siga siendo cierto cuando la ola te arroje sobre tu trasero.

Siempre ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora