"Según fuentes cercanas a la pareja, la boda del año entre Jeon Jungkook y Kim SeokJin se llevará a cabo en marzo en la finca de Jungkook en Beverly Hills."
Tercera parte de la trilogía de Hollywood
#Hollywood
#NuestroDestino
#Siempre contigo
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Jinnie: Jodidas gracias que te vas a casar comingo hoy. No me gusta dormir sin ti.
Me reí cuando el texto de Jin llegó a la mañana siguiente, y rápidamente escribí una respuesta.
Yo también te extraño. No puedo esperar a verte en unas horas.
Jinnie: Realmente estamos haciendo esto, ¿verdad? ¿No me dejarás en el altar mientras te vas de luna de miel sin mí?
Bueno, mierda. Pillado.
Jinnie:Eso no es gracioso.
No te estás arrepintiendo, ¿verdad?
Jinnie: Nunca. Solo me aseguro de que tú no lo estés.
Mi hombre estaba nervioso. Me di cuenta de que necesitaba un poco de consuelo, y le levanté un dedo a Paige para que me diera un minuto. Estábamos en el atrio con mi mitad de la fiesta de bodas teniendo un repaso de la ceremonia que se llevaría a cabo en unas pocas horas mientras el personal continuaba organizando detrás de nosotros.
Cuando llamé al número de Jin, salí del alcance de los demás, y cuando me contestó, sonreí.
—Buenos días, Sr. Kim —le dije—. Espero que sea la última vez que te llame así.
Jin se echó a reír y luego dejó escapar un suspiro. —Esto es raro, ¿verdad? ¿Por qué estoy nervioso? Solo eres tú.
—Solo yo. Nada ha cambiado.
—Aún.
—Um... —Mi frente se arrugó mientras caminaba—. ¿Está todo bien? Quiero decir, no estarás pensando que ya no quieres hacer esto, ¿verdad?
—¿Qué? No, por supuesto que no.
Dejé escapar el aliento que ni siquiera me di cuenta de que estaba aguantando. Nunca se lo diría, pero pensé que mi corazón se había detenido por un minuto. —Bien, de acuerdo. Porque enviaría a alguien allí para que te metiera personalmente en el coche. Soy una gran estrella de cine. Tengo contactos.
—Oh, soy consciente de la gran estrella que es, Sr.Jeon. Está en toda la televisión.
—¿Lo qué?
—Nuestra boda. Hay helicópteros por todas partes.
Por supuesto que sí. —Cariño, apaga esa mierda.
—Lo hice.
—Sabes que todo eso no tiene nada que ver con nosotros, ¿verdad? Sabíamos que una vez que la prensa se enterara caerían sobre nosotros, pero no podrán acercarse a ti. O al lugar.
—Lo sé. Y te juro que no tengo miedo. No puedo creer que sea el día de mi boda, eso es todo. Es un poco surrealista.
Miré por encima de mi hombro hacia donde Paige estaba dirigiendo a Shayne y al ministro hacia donde estarían parados en el altar improvisado. —Sé lo que quieres decir.
