𝓣𝓱𝓮 𝓑𝓵𝓲𝓷𝓭 𝓒𝓸𝓷𝓬𝓾𝓫𝓲𝓷𝓮

❤꧁ღ⊱♥ 𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 12 ♥⊱ღ꧂❤

-. El Emperador caminó a grandes pasos y entró en la habitación, con una voz fuerte y clara que decía: Escuché que esta tarde Win sufrió el castigo del General. - Vine para comprobar qué había pasado.

-Al oír la voz, todo el cuerpo del Concubino Ciego se estremeció y tembló de miedo, apresuradamente giró su cuerpo para arrodillarse en el suelo.

-El Emperador no esperaba que el Concubino Ciego estuviera en el palacio de Win, fuera de guardia, su cuerpo claramente se quedó inmóvil.

-El Concubino Ciego estaba arrodillada en el suelo, el puño de su manga expuso su brazo pálido. Su frágil estatura estaba ligeramente temblorosa.

-. El Emperador cerró su abanico e hizo un sonido de tos, bajó el tono de su voz: Acabo de recordar que todavía tengo algunos documentos oficiales que aún no he leído. - La próxima vez vendré otra vez. - No quedándose para lo que él tenía la intención de verificar, giró apresuradamente su cuerpo y se fue.

- El Concubino Ciego permaneció en su posición de rodillas y no se atrevió a levantar la cabeza. Todo el cuerpo estaba temblando intensamente.

-. Bright se acercó más a él: Su Majestad se ha ido, está bien.

-. Haciendo un gran esfuerzo para apoyar al Concubino Ciego. - El príncipe pequeño también soltó sin querer: ¿Cómo es que tu rostro se puso tan pálido?

- Bright miró de cerca y, de hecho, el rostro del Concubino Ciego estaba pálido, el color de la sangre de su rostro estaba completamente drenado y su mano estaba helada...

-. El Principito lo tranquilizó apresuradamente: Su señoría, no debe tener miedo, el Hermano Emperador es muy amable. - Es muy raro que pierda los estribos y se enoje, no regaña a la gente.

-. Bright sintió que algo estaba mal, se asustó un poco: Su señoría se ha asustado, lo llevaré de vuelta a descansar.

- Teniendo prisa y notificando su partida, incluso sin tener su cena, rápidamente salieron del palacio de Win, de vuelta a su cuarto de servicio. - En el cuarto de servicio, incluso una sola lámpara aún no estaba encendida Hazard también se fue corriendo a quien sabe dónde. Una casa tan grande parecía ser bastante fría y triste.

- El concubino ciego caminaba con su paso inestable. - Su temperatura corporal había bajado. Tenía frío como un bloque de hierro.

- Bright sostuvo sus brazos y lo llevó a su habitación, lo ayudó a subir a la cama y lo cubrió con su colcha.

- El concubino ciego con sus ojos vacíos, dejó que Bright lo arreglara todo para él, su pupila grisácea estaba desenfocada.

- Bright encendió varias linternas para hacer que la habitación se viera más brillante. - Se sentó al lado de la cama y frotó la mano del Concubino Ciego. - Después de un buen rato, su mano poco a poco recuperó su calidez. "Maestro, ¿qué pasa?"

-. El Concubino Ciego retiró su mano que estaba siendo retenida entre las manos de Bright. Respondió a la ligera: Nada...

-. Bright se preocupó: Maestro, obviamente tienes algo mal.

- Sacudiendo la cabeza, el Concubino Ciego se giró sobre su cuerpo para mirar hacia la pared. - No dispuesto a decir otra palabra.

¿Es porque el Emperador vino inesperadamente?

- El Concubino Ciego no le respondió, tampoco giró su cuerpo. - Parecía que había decidido firmemente no prestarle atención a Bright.

-. Bright no tuvo más remedio que cumplir: Maestro, que tenga un buen descanso. -Atentamente, metió la esquina de la colcha para él.