🍃3🍃

944 112 150
                                    

Harry

Me despierto sobresaltado por los truenos. Mierda, lo que faltaba. Miro la hora en el celular, las jodidas dos de la mañana.

Me levanto, me calzo las pantuflas, prendo la linterna y salgo de la casa hacia el establo. Tengo que asegurar los caballos.

Mientras lleno las bebidas de agua, escucho más truenos las luces titilan, santa mierda bautizada. No soy creyente pero si alguna divinidad me escucha, pido perdón por todo, comenzaré a rezar de noche.

Cuando termino salgo afuera y veo que está lloviendo, no me importa, me dirijo corriendo hacia la casa, la lluvia me empapa.

Voy a abrir la puerta y... oh.

Sorpresa, sorpresa. No abre.

Las divinidades se ríen de mí.

De pronto se ve una gran luz blanca, seguida de esta el estruendo más grande que he escuchado.

Los recuerdos me golpean.

Gritos de gente herida, gritos de súplica, de perdón, de dolor.

Oscuridad, mucha oscuridad, y sangre.

Muerte, estoy rodeado de muerte.

Cierro los ojos con fuerza y me vuelvo hacia la puerta, comienzo a golpear con fuerza y a llamar a Malfoy. Mierda ¿cómo se le ocurre dejarme afuera?

Si, tengo la puta marca de Voldemort en mi brazo, pero no soy él. Solo soy Harry, un estupido con poca suerte.

Cuando comienzo a pensar que lo mejor va a ser romper una ventana, la puerta se abre. Al entrar veo que Malfoy está usando un pijama color lila con un estampado de gatitos, y se refriega un ojo mientras bosteza.

Cierro la puerta con fuerza y lo miro enojado.

—¿Te parece divertido dejar afuera a las personas cuando hay una maldita tormenta que parece el fin del mundo?— mientras hablo me cruzo de brazos, Malfoy me mira confundido— Es que ¿eres idiota o te entrenas?

—El único idiota aquí eres tú— Responde mientras se acerca un paso y me señala con una mano— Debés saber mejor que yo, que esa puerta solo se abre con la llave.

Cuando lo escucho relajo mi postura, siento que me acaban de pegar una cachetada, tiene razón, pero que idiota soy. Estoy por disculparme cuando se oye otro trueno y la electricidad se corta. Quedamos a oscuras.

No pasa ni un segundo que ya estoy corriendo hacia el baño, escucho que Malfoy me llama, sigo corriendo. Al llegar me siento contra la pared, cierro fuertemente los puños y me hago lo más chiquito posible, solo quiero que todo esto pase.

Veo que Malfoy entra, se sienta frente mío, me habla, pero no lo escucho. Cierro los ojos, y pienso cosas lindas, esa técnica me ayuda cada vez que me pasa esto, solo debo perderme en mis pensamientos un momento y todo va a pasar.

Recuerdo, recuerdo, una vez, cuando tenía dieciséis, la familia Malfoy vino aquí.

Lo recuerdo a él, a Draco, estaba usando un vestido blanco de su madre, le quedaba hermoso. Lo recuerdo, estaba sentado en la hamaca bajo unos árboles llenos de flores. Se balanceaba despacio, iba descalzo, usaba una tobillera color verde.

Lo recuerdo perfectamente, cuando se paró y comenzó a correr hacia mí, me dijo que tenía una idea, que debía ayudarlo. Luego de eso me llevó hacia uno de esos árboles llenos de flores "se llaman cerezos, Harry" y me pidió que le cortara algunas ramas, que iba a hacer coronas para nosotros.

Lo recuerdo muy bien, el vestido le quedaba algo grande, entonces él tenía catorce. Me dijo que era un día muy lindo, tenía razón, el sol brillaba. Me dijo que era un día especial para bailar, le dije que no había música, él reía mientras decía: "no seas tonto ¿quién necesita música para bailar?"

año sabático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora