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Draco

—Pensé que habías tirado toda la ropa.

—Solo algunas cosas.— Mi voz apenas es un susurro, me estoy mirando en el espejo, hace tanto que no visto así, siento que volví en el pasado y este soy mi yo anterior con bajo amor propio.

—Hijo, lo que estás haciendo no tiene sentido.

Miro a mi padre a través del espejo, él está frotando sus sienes con aire estresado. Yo también lo estaría si fuera él.

—Papá...

—No hijo, yo entiendo que necesites hacer esto, pero ir así es darle el gusto— Lucius me mira serio— debés mostrarle que estás bien y dejaste el pasado donde debe estar, atrás tuyo.

—Puedo mostrarle que estoy perfectamente bien así.

Escucho su suspiro mientras abre la puerta, al irse la cierra con fuerza.

Vuelvo la vista a mi reflejo, hace dos años que no me vestía así. Los recuerdos comienzan a golpearme.

•🍃•

《—Dulce...

Siento sus labios en mi piel, son bruscos, sus manos me sujetan con fuerza, yo no quiero esto.

—Sabes que no me gusta esa ropa, voy a tener que hacer algo ¿no crees?

Sus manos comienzan a descender hacia el borde de mi pantalón blanco, bajo las mías y las detengo. Me mira con el ceño fruncido, molesto. Niego tratando de alejarme.

—Oh, vamos dulce...

—No quiero, ya te dije que no.

Me suelto de su agarre y trato de alejarme cuando siento sus manos en mi cintura otra vez. No lo pienso dos segundos antes de pegarle con el puño para alejarlo. Él tampoco lo piensa dos veces antes de devolverme el golpe, muy fuerte, me rompe el labio.

Evito mirarlo mientras me levanto, pero debo hacerlo, se ve sorprendido, trata de hablar, no lo dejo, ya no más.

—Terminamos.》

•🍃•

—Malfoy, Lucius se acaba de ir, me dijo que viniera porque...

Harry queda en la puerta con la boca entreabierta mirándome, trato de sonreír.

Malfoy...

Desde lo que sucedió en la habitación Drarry, desde el ¿casi beso? Me siguió diciendo por mi apellido. Distanciándose de a poco. Otra vez.

—Nunca te había visto así.

Estabas en la guerra cuando yo me vestía así. Tú salvabas gente mientras que yo... me escapaba de mi casa para joderme la vida.

Miro mi ropa, son unas zapatillas algo desgastadas, medias de red, un short muy corto, un top deportivo. El conjunto lo completa un collar de tachas. Todo, absolutamente todo, negro. Hasta mis labios.

Como le gustaba a él.

—Perdón por no tocar, Lucius me dijo que precisabas ayuda.

Suspiro mientras sigo mirando mi reflejo, claro que papá le dijo que precisaba ayuda.

—Mi ex me pidió... verme, dice que es importante.

Creo que mi voz se quiebra, los recuerdos la atraviesan, me aclaro la garganta. Verdaderamente había sentido que estaba todo bien, pero al oírlo de nuevo, todo pareció asfixiarme.

—¿Por qué te vestiste así?

—Quería verme como él lo hacía. No le gustaba que yo usara ropa de color, decía que me veía infantil.

Era un maldito controlador, y aquí estoy yo, años después, vistiendo lo que a él le gustaba. Soy patético.

—Pareces un vampiro— murmura Harry mientras se acerca a mí y gira a mi alrededor mirando el atuendo— ¿No eres el hijo perdido de Dracula? Oye, incluso tiene sentido, Dracula, Draco, suenan parecido.

Se para frente a mí y sin previo aviso sujeta mi rostro con una mano y con la otra abre mi boca, acercando su rostro a ella. Lo empujo mientras frunzo el ceño.

—¿Qué mierda haces?

—Solo verificaba que no tuvieras colmillos, ya sabes, para dormir tranquilo.

Comienzo a reír por la idiotez que acaba de decir, olvidándome por un momento de todo.

—¿Y vos como queres verte?

Su pregunta corta mi alegría, vuelvo a mirarme al espejo. ¿Cómo quiero verme? ¿Lo sé acaso?

—El Draco vampiro le gustaba a él, pero a vos ¿qué te gusta?

Nunca me habían preguntado eso, pero creo que empiezo a saber que lo que a mí me gusta, va por encima de lo que les gusta a los demás.

Me dirijo a mi armario, para sacar un pantalón azul y una camisa blanca. Las zapatillas todavía no están rotas, por lo que todavía se pueden usar.

•🍃•

Subo el volumen de la radio, están pasando una canción muy hermosa.

—yo daría, lo mejor de mi vida por estar con vos, y podría reparar tu alma herida, a la luz del sol— comienzo a cantar mientras le hago una seña a Harry para que siga. Yo sé que la sabe.

Él me mira de reojo, va manejando la camioneta vieja de papá, que es cabina simple y color roja. Que es la misma en la que nos escapamos de casa un día, cuando tenía quince.

—no es tan cierto que yo vivo como quiero, más bien hago lo que puedo, viviendo a la sombra de tu amor.

Vuelvo a subir el volumen mientras Harry canta, más y más alto.

Para callar el pitido en mi mente.

Para olvidar.

—Las miradas que cruzamos son palabras con el corazón — cantamos los dos juntos, sintiendo la letra — no hay secretos, tengo el cielo por mirarte y ningún dolor, sin embargo, sigo siendo un distraído, como cuando era un niño, dejando mariposas escapar.

Tengo el leve presentimiento de que no solo estamos cantando una canción cualquiera que empezó a sonar en la radio, estamos viviendo la canción. Como cuando éramos niños y dejamos a las mariposas escapar.

Cuando me doy cuenta de eso, hago silencio, Harry frena la camioneta y gira en el asiento, mirándome con tanta intensidad que un escalofrío recorre mi columna.

No sé cuando es que bajó el volumen de la radio, ni cuando se acercó más a mí, pero si sé que el siguió cantando, en apenas un susurro, gritando su secreto. Entonces lo comprendí.

—Si te vas, no tengo nada, si te quedas puedo hasta el mundo cambiar, o quizás no habré crecido, dejando mariposas escapar...

Cuando me sujetó la mano y le dio un apretón mientras me deseaba suerte. Comprendí, que sí, talvez sentíamos lo mismo.

Y esta vez, yo no pienso dejar que las mariposas escapen.

Me escuchan gritar por mis bebés?
Porque estoy gritando

año sabático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora