nuestra historia

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Harry lo volvió a besar, una, dos, mil veces más.

Y Draco simplemente se dejaba llevar por sus sentimientos, por los labios de Harry, por las mariposas que revolotean entre ellos.

Un ruido fuera de la habitación los hizo separarse algo agitados, pero se mantienen la mirada mientras sonríen, eso se siente bien, tan bien, como un sueño. Uno del que no quieren despertar jamás.

El rubio se levanta despacio, sujeta a Harry de la mano y lo guía hacia la ventana, ambos salen por ella y comienzan a correr hacia el galpón.

—Estás loco Draco.

Murmura Harry sin poder dejar de sonreír, mientras ve que el rubio pone en marcha la vieja camioneta de Lucius. Luego de eso los van a matar.

—No más que vos.

Ambos suben y se ponen en marcha, siguen el mapa de sus instintos hasta llegar al destino de la nada.

Allí suben el volumen de la radio, mientras la música los acompaña, vuelven a besarse. Se abrazan, ríen, y otra vez unen sus labios.

Entrelazan sus manos, Draco deja descansar su cabeza en el hombro de Harry, quién sonríe.

Están mirando las estrellas que salieron para acompañarlos.

—Dentro de dos meses cumplo dieciocho años.

La frase del moreno se cuela en su alegría como un rayo, quemando todo a su alrededor.

Convirtiendo el sueño en pesadilla.

—Eso significa que ya vas a poder ir a la cárcel.

La broma del rubio está teñida de tristeza, una tristeza de color azul, tan profunda como el mar.

—Y que me van a reclutar para la Gran Guerra.

Diría que el silencio los cubre, pero se oye el canto de los grillos, y a lo lejos el ulular de una lechuza.

—¿Y si no vas?— la pregunta de Draco rompe el casi silencio de la noche, también rompe el corazón de Harry.

—Voy a la cárcel.

—Pero te puedes esconder...

—No sería posible eso.

—Sólo deberíamos encontrar el lugar correcto...

—No-

—Y nadie te va a encontrar...

—Oye-

—Y cuando te dejen de buscar, sales, y entonces no deberías ir, y-

—Draco eso no es posible, sabes como funcionan las cosas.

El silencioso canto de los grillos los vuelve a cubrir. El rubio está mirando a Harry a los ojos, desesperado por encontrar una solución a lo imposible, desesperado por hacer algo. El moreno evita sus ojos, sus ojos plata, los cuales ahora parecen una tormenta de emociones.

—No puedes no hacer nada Harry.

—Lo siento mucho Draco.

Una lágrima cae lentamente por la pálida piel del chico, quien se niega a llorar, no quiere llorar, mira hacia el frente mientras muerde su labio.

Hasta que unos brazos amables y temblorosos lo rodean, y escucha un sollozo, entonces deja caer todas sus barreras y comienza a llorar, como cuando era un niño y se pinchaba su dedito con una aguja mientras le trataba de coser una remera a su peluche Lindy. Solo que esta vez no está su mamá para dejarle un besito en la herida, ni su papá para decirle que todo va a estar bien.

Esta vez está Harry, y está llorando igual que él, mientras lo sujeta fuertemente, como náufrago a su salvavidas.

•🍃•

Un mes después, Draco le presentó su novio a Harry. Estaba emocionado por que lo conociera.

Harry fingió ser amable, pero ese chico que solo vestía ropa negra no le caía nada bien.

•🍃•

Dos meses después fueron a buscar a Harry para que cumpla su deber en la Gran Guerra.

Era el día de su cumpleaños, estaban esperando, a petición del moreno, que llegara Draco para almorzar todos juntos.

Lucius y Narcissa se miraron preocupados, pero el chico no lo notó, él solo esperaba que el rubio apareciera sonriendo y lo abrazara y le dijera que todo iba a estar bien.

Escuchó que llegaba un vehículo, emocionado salió corriendo, si fue, no lo había dejado solo en un día tan importante.

Del auto bajaron dos hombres de mediana edad, le pidieron el brazo derecho, al ver la marca recién formada, le dijeron que tenía exactamente treinta minutos para despedirse de su familia y acompañarlos.

Harry pasó ese tiempo sentado en el escalón de la vereda mirando hacia la calle por donde debería venir Draco. Pero nunca llegó.

—Debe acompañarnos muchacho.

Cuando el moreno no respondió, el hombre suspiró y lo volvió a intentar. De una manera no muy agradable.

—Si no nos acompaña por las buenas tendrá que ser por las malas y eso no le gustará señor Potter.

Harry seguía mirando hacia la nada, estaba ido, no escuchaba lo que sucedía, tenía esperanza de que él llegaría, solo un rato más.

Una mano lo sujetó fuertemente del brazo, levantandolo con brusquedad, sacándole de sus pensamientos.

Sintió que lo soltaban mientras Narcissa lo abrazaba con fuerza y le pedía disculpas. Por Draco, por no poder protegerlo, por todo lo que tuvo que vivir. Luego de eso, Lucius también lo abrazó y le deseó suerte.

No volvió a mirar atrás mientras subía al auto.

•🍃•

La conciencia estaba carcomiendo a Draco mientras aceleraba la moto y cruzaba autos.

No podía creer que se había olvidado del cumpleaños de Harry. Se acordó cuando su novio le dijo la fecha que era, sin pensarlo dos veces salió corriendo hasta su moto y subió.

Solo faltaban cinco minutos para llegar, ya casi, Harry estaría esperándolo para almorzar, se lo había prometido. Lo esperaría hasta el fin del mundo.

Cuando llegó a su casa, bajó de la moto y corrió detrás del auto que estaba por arrancar, Harry estaba dentro, mirando sus manos.

—¡Harry!

El moreno no pudo escucharlo, estaba bajo el efecto de un hechizo somnífero. Pero Snape sí lo escuchó, volteó a verlo y sonrió. Luego hizo que el auto diera media vuelta, yéndose de allí.

—¡NO!— gritó desesperado Draco mientras corría inútilmente detrás del auto— ¡HARRY! ¡ESPEREN! ¡NO SE LO LLEVEN! por favor no...

Se derrumbó en el medio de la calle, viendo como el auto se alejaba. Viendo como Harry se alejaba, sin ser despedido correctamente, sin poder decirle perdón.

Sin poder decirle te quiero.

Holii jsjs estos apartados me hacen mal ahh

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