Capítulo 14

143 35 230
                                    

"Porque para quererte no necesito tenerte,
Te quiero libre, conmigo o sin mí.
Te ofrezco mis brazos para estar juntos,
O te doy mis alas para dejarte volar."
—Jaime Sabines
________________________________

Ellie

— ¿Qué? —grita Louise, con cara de sorpresa.

— Al menos podrías ser un poco más discreta —respondo, sintiéndome superavergonzada.

Estamos en el descanso y acabo de desahogarme con Ise, contándole todo lo que pasó ayer, desde la confesión de Matt hasta el beso con Sven. Después de recoger los trozos de vidrio, me fui a dormir. O, mejor dicho, me tumbé, porque anoche se me hizo eterna. Mi mente seguía dando vueltas alrededor de la incógnita llamada Sven.

¿De verdad le gustaba? ¿Por qué no me acordaba de él antes? ¿Qué siento realmente por él?
Está claro que él tampoco me deja indiferente, pero, ¿será que me gusta?
Es imposible enamorarse de un beso, ¿no? ¿O sí?

Estas preguntas y un montón de dudas me rondan la cabeza; me estoy volviendo loca.

— ¿Qué? —responde, aún en shock.

— ¡Ise! —digo, frustrada.

— Lo siento, vale —dice, intentando centrarse—. Pero, ¿cómo esperas que actúe después de veinticuatro horas de locura en tu vida? ¡Han pasado cosas que me tomarían más de una vida! —hace todo un drama.

— Mentirosa —replico mientras muerdo una rebanada de pizza.

— Sí, claro —dice, poniendo los ojos en blanco.—. Bueno, entonces fue para mí que dos chicos se declararon en la misma noche —responde, bebiendo un jugo de aspecto asqueroso.

— Técnicamente, fue uno —digo, volviendo los ojos.

— Lo que sea —responde, dándole poca importancia—. Dios, la mejor parte fue la bebida —dice entre risas.

— Eres mala, ¿eh? —digo negando con la cabeza.

— Ojalá hubiera visto su cara en ese momento.

— ¡Ise! —la regaño—. Vale, ya pillé que no te gusta Matt, pero realmente me dio mucha pena por él. El pobre pasó un mal rato con Sven.

— Me dio pena por él —repite con un tonito molesto.—. Más pena siento yo por mí, por tener que aguantarte llorando un mes por un idiota que ni merece respirar el mismo aire que tú.—. responde, enfadada.

— Qué exagerada —me defiendo.

— Díselo a Ellie del pasado, que no dejaba de llorar como una idiota al son de "Save Your Tears" por un tipo que le rompió el corazón. ¡Y yo terminé ganando unos diez kilos de tanto helado que comí ese mes! Así que, perdona si no voy con la cara del perfecto Mateo.

— Perfecto Mateo —repito, recordando la frase de Sven.


» Maldita sea, ¿por qué todo me recuerda a él? «

— Bueno, me muero por conocer a este tipo Sven, que dejó a mi bebé con piernas de gelatina —dice entre carcajadas.

— ¿Por qué diablos bebes eso? —pregunto, viendo su cara de asco cada vez que traga el maldito jugo.

— Es un zumo verde. Dice que, si me lo tomo tres veces al día, pierdo cinco kilos —responde, como si fuera la solución mágica.

— ¿En serio crees eso? Sabes que para que eso funcione, tendrías que dejar de zampar hamburguesas los viernes —le digo, con una sonrisa burlona.

Meses a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora