En el pequeño pueblo de Río Verde, donde la brisa suave acaricia las copas de los árboles y el murmullo del río se mezcla con los secretos de sus habitantes, la vida sigue su curso entre risas y susurros. Pero detrás de esa fachada tranquila, hay un...
" Aunque el camino por delante parece incierto y lleno de desafíos, me niego a rendirme ante la adversidad. Porque incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una chispa de esperanza que brilla en algún lugar, esperando ser avivada."
— Ellie
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Ellie
Veo cómo mi madre avanza con pasos firmes, cruzando el umbral de nuestra casa en un gesto decidido que parece cargar el aire con una tensión palpable.
—¿Quieres que me quede? — pregunta Sven, interrumpiendo mis pensamientos y arrancándome de mi ensimismamiento.
— No. — contesto, pero noto como me mira un tanto inseguro así que agrego rápidamente. — Gracias por traerme, Sven. Nos vemos.
Con esas palabras, me dirijo hacia mi casa, pero no puedo evitar detenerme para observar cómo Sven se aleja en su coche. Mi corazón late con fuerza en mi pecho, como si presintiera de que algo importante estaba por venir, lo que me ponía en estado de alarma cargando el aire con una tensión sofocante.
Sigo a mi madre en silencio, sintiendo cómo mi mente se convierte en una noria girando con preguntas sin respuesta. ¿Qué estaba pasando? ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué mi madre parecía tan afectada por su presencia? Tenía la sensación de que algo estaba mal, pero ¿qué?
Dentro de la casa, el ambiente es pesado, como si las paredes mismas estuvieran susurrando secretos que se niegan a ser revelados. Mi madre se dirige directamente a la cocina, pero su paso es vacilante no puedo evitar notar la tensión en sus hombros, la forma en que aprieta los labios como si estuviera luchando con una decisión interna. Me pregunto qué es lo que la está atormentando, qué secreto guarda que ni siquiera yo, su propia hija, conozco.
— ¿Mamá, estás bien? — pregunto con cautela, temiendo la respuesta, pero necesitando saber la verdad.
Ella se detiene en seco, al parecer estaba tan aturdida que no se había dado cuenta de mi presencia, sus ojos cansados se encuentran con los míos, y por un momento puedo ver la lucha interna que lleva.
— No lo sé, cariño. — responde finalmente, su voz es apenas un susurro. — Hay cosas que... que necesito contarte, pero no sé por dónde empezar.
Mi corazón se acelera ante sus palabras. ¿Qué podría ser tan importante que mi madre no haya podido contármelo hasta ahora? ¿Qué secretos se esconden detrás de las paredes de esta casa, detrás de las sonrisas y las palabras no dichas?
Sin embargo, antes de que pueda decir algo más, el sonido del timbre de la puerta interrumpe nuestra conversación. Mi madre me mira con una expresión preocupada antes de dirigirse a abrir la puerta. En el umbral se encuentra el desconocido, con una expresión nerviosa y una postura tensa. Mi madre lo mira con sorpresa, pero también con un destello de melancolía en sus ojos. Y de repente, todo se vuelve claro como el agua.
