•Capítulo 13•

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-¡Robalo! ¿Vienes un momento?, necesitó consultarte algo sobre nuestras partes del plan.- Sama rogaba porque todo saliera bien.

-Uhh.. si por supuesto-

Y con eso, Robalo se dignó a seguir a Sama, sabía que nada saldría mal, confiaba en Sama con toda su alma.

-Pues dime, ¿sobre que querias hablar Sama?- Preguntó Robalo relajado, suponía que no seria nada grave.

-Pues.. Es un poco privado, preferiria que entraras a la habitación primero ¿sabes?-Se lamentaba internamente por lo que estaría por hacer en unos minutos, pero sabía que si no lo hacía, ellos liberarían a Fran y eso podria perjudicar a todo el plan a futuro.

-Valee...?- Una vez los dos dentro, a Robalo le comenzó a preocupar la situación, notó que Sama estaba bastante extraño.

-Sama, estas bien? No has hablado desde que entramos aqui, ¿sucede algo malo?- La preocupación de Robalo aumentaba con cada segundo que transcurría en esa habitación.

-Perdoname..- Fue lo unico que pudo decir Sama, ¿que más podría hacer? ¿Ponerse a llorar y arruinar el plan?
No, tenía que ser fuerte y cumplir con su parte, era eso, o ver morir a sus amigos.
No dejaría que sucediera lo mismo otra vez. Esta vez no.

-Sama me estas asustando, ¿que sucede?- Nunca vio a su amigo de tal manera, tan serio y frío, parecía como si fuera a cometer un crimen, y que el fuera la victima de tal escena.
Esto no le estaba agradando para nada, ni aunque fuese una broma de mal gusto.

Sama se fue acercando a Robalo lentamente, no quería asustarlo.
Este solo se quedó quieto en su lugar, parecía no querer mover ni un pelo, a lo que Sama lo tomo de los hombros con un poco de fuerza haciendolo reaccionar intentando alejarse de el.

Pasó al lado suya, pero Sama lo agarro de su muñeca derecha con algo de fuerza, no dejaría que se fuera, al menos no sano y salvo, pero sabía que no era sería capaz de lastimarlo asi de fácil, al menos no todavía.

Robalo forcejeó hasta que se liberó, lo cual le pareció extraño ya que Sama no habia aplicado mas fuerza, fue como si lo dejará irse sin más.
Eso supuso, hasta que se acercó a la puerta.

-Sama.. ¿porque la puerta esta cerrada con llave..?-
Algo no estaba bien y lo supo al verlo sostener una navaja y un par de sogas en su otra mano.

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-Por que se tardan tanto? ya casi es hora..- Pregunto Salgado, mirando preocupado para todos lados.

-No lo se.. ¿tal vez esten terminando la preparacion..?-

-Matias no pueden tardar tanto en prepararlo, y que si algo malo sucedió?-

-Tienes razón, tu revisa el lado derecho del refugio, yo ire por el otro. Si algo sucede, tan solo pega un grito, ¿vale?-

-Vale-
Y con eso, cada uno fue en busca de Sama y Robalo, con la esperanza de que estuviera todo bien y asi comenzar el plan de una vez por todas.

Salgado luego de recorer toda la zona derecha del refugio, se topó con una de las últimas habitación de ese lado, por lo que optó por revisar ahí.
Antes de siquiera poder tocar la puerta, oyó ruidos extraños dentro de esta, para luego ver a Sama salir bastante nervioso y por lo que parecía ser abrumado.
Supuso que sería buena idea preguntarle si sabía algo sobre Robalo, no seria nada malo, ¿verdad?

-Oye Sama, ¿has visto a Robalo? llevo un rato buscandolo, ya sabes, dentro de unas pocas horas ya hay que prepararnos con el plan.-

-Uhhh sabés realmente por aquí no lo he visto ja ja... si me disculpas tengo que consultarle algunas cosas a Matías, te veo luego.- Y con eso Sama se fue de ahí lo más rápido posible, se le notaba muy extraño y el lo sabía, lo que tuvo que hacer no fue algo fácil.

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El se movia frenéticamente, temblando aún sujetado por las cadenas.
Cada minuto que pasaba su preocupación aumentaba, podía notar los tonos fosforescentes en la mitad infectada de su brazo, notaba notos violetas junto con los negros, y como de a poco estos iban infectando mayores partes de su cuerpo.

Era hombre muerto, y el ya suponía que su final se acercaba, sujetado de un brazo a las cadenas y amordazado con un pedazo de soga, con tal de que nisiquiera pudiera gritar por ayuda.
Ya había perdido la esperanza de que lo llegaran a encontrar, y si lo hicieran, seguro lo matarían, no tenía forma de salvarse.

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Llevaban mas de 20 minutos buscando al resto, todavía sin noticias de estos.
El tiempo se acababa y los planes fallaban, cosa que los preocupaba, y mayormente a Matías estando conciente de las intenciones de su hermano.

Salgado había finalizado su busqueda en el refugio, el único lugar restante era el pasillo donde quedaban sus habitaciones, era el único y último lugar que podría salvarlos y asi al fin terminar con toda esa farsa.

Caminó con cuidado hasta el lugar, pasando habitación por habitación hasta llegar a la última. Se paro frente a esta y tomo el valor suficiente para entrar.

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Ya apenas tenía fuerzas para mantener sus ojos abiertos, había sufrido cortadas por todo su cuerpo, mayormente sus piernas, abdomen y brazos.
Se había desangrado ya hacía rato, y no parecía parar, de igual manera no tenía forma de lograr detenerlo, estaba atado de brazos y piernas, amordazado igualmente con un pedazo de tela en su boca.

Ya había perdido toda esperanza de lograr escapar de ahí.
Fue hasta el momento que logro notar como la puerta se abría, temía que fuera Sama, ya que su vista seguia nublada por lo antes ocurrido. Por lo que solo se limitó a esperar lo mejor.

-Robalo..?- Preguntó Salgado desde la puerta, sin poder creer que la situación de su amigo fuera cierta.

-Salgado...- Robalo soltó una pequeña sonrisa, ya al saber que lo habían encontrado finalmente.
Fue entonces cuando cayó desmayado al suelo, había perdido demasiada sangre.

Fue así como el plan de Miguel y Sama había funcionado a medias, Robalo no interferiria más, pero eso no aseguraba que el resto tampoco.

Y ahora tenían aún mas razones para detenerlos, por lo que solo los motivaron a no parar hasta haberlos vencido.

||Our Hopes Dissolve|| •AU apocalíptico randomlife•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora