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No habíamos vuelto a salir todos juntos desde el parque, pero Egan y Sander sí que habían estado saliendo al menos cada tres días y no nos habían vuelto a invitar ni a Venus ni a mí, porque es obvio que solo nos habían usado para darles ese empujón que necesitaban y empezar a salir, pero ahora que ya estaban cómodos mutuamente, nos desechaban.
Y sentía que Venus no había estado durmiendo muy bien esos últimos días, pues en casi todas las veces que había venido junto a Egan, tenía pequeñas bolsas no muy notorias bajo sus ojos. Y, a pesar de que había tratado de ocultarlas y hacer de cuenta que todo estaba bien, aun se podían notar un poco.
O bueno, al menos yo las notaba, y estaba segura de que Egan también lo hacía, solo que quizás hablaba al respecto de eso aparte con Venus. Sí, debía de ser eso.
—Odette, ¿me estás escuchando? —se quejó Sander frente a mí, con el ceño fruncido y haciendo un pequeño puchero. Era adorable.
En ese momento nos hallábamos en la sala principal de mi casa. Sander saldría con Egan y, como en las ocasiones anteriores, él vendría a buscarlo a mi casa, y eso era porque Sander aún no había hablado con sus padres acerca de que tenía novio, pues no sabía muy bien como se lo tomarían ellos, y como ya habían dejado de hablarle solo porque les dijo que era bi, no quería hacer todo más complicado al decirles que tenía novio.
Ya lo estaba pasando lo suficientemente mal con que lo ignoraran como para hacer las cosas peor, pero, ¿podía acaso esa relación empeorar algo más?
—Ah, no, lo siento a Sander, ¿qué decías? —Él me fulminó con la mirada.
—Te decía que se acerca mi cumpleaños. Ya solo faltan tres días. Y mis padres tratan aparentar que todo va bien en casa, así que pretenden que haga una fiesta en casa y que invite a algunos amigos. Ya les dije que no quiero, pero sabes como son, así que desean hacer la fiesta de todas formas.
»No quiero hacerlo, la verdad. El solo pensar en fingir que todo está bien frente a sus amistades cuando en realidad no es así me pone mal. No me agrada mucho la idea.
—Bueno, quizás no tengas que fingir que todo va bien y podrías pasarla bien de verdad. Y al menos te permiten invitar a tus amigos y no solo a sus socios —le alenté. Él suspiró.
—Bueno, sí, supongo que eso es cierto. Y, si no me queda más opción, al menos valdrá la pena con las personas correctas. Aunque, seamos sinceros, los únicos amigos de verdad que tengo en la universidad son Medea, Said, y tú. Y claro está, también Egan y Venus. Al resto solo los invitaría para llenar el espacio.
Al escucharlo decir eso, ambos reímos aunque sabíamos que era cierto. En la universidad Said, Medea, Sander y yo éramos un grupo, y a pesar de que estudiamos diferentes carreras, nos llevábamos muy bien, y a veces coincidíamos para salir juntos a algún lugar, aunque en ese momento ni siquiera sabía si estaban en la ciudad o si se habían ido a algún lado de vacaciones.
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En la ventana equivocada
Romance¿Qué karma tan grande debía de estar pagando yo como para tener que descubrir que mi novia tenía una aventura con mi hermano? Porque eso era justo lo que horas atrás me había ocurrido. Ya estaba más que borracho y con mi raciocinio de vacaciones cua...