¿Qué karma tan grande debía de estar pagando yo como para tener que descubrir que mi novia tenía una aventura con mi hermano? Porque eso era justo lo que horas atrás me había ocurrido.
Ya estaba más que borracho y con mi raciocinio de vacaciones cua...
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Me miro al espejo una última vez para asegurarme que todo está en su lugar.
La chaqueta encaja perfecto sobre mis hombros y combina con la camiseta abotonada, a su vez, los jeans de mezclilla se ven en armonía con todo lo demás.
Acomodo un poco más mi cabello antes de salir de casa y una vez fuera echo el seguro a la puerta y me dirijo a mi auto. No sé si sea por los nervios o la anticipación, pero el camino hacia la casa de Odette se me hace eterno.
No puedo esperar a verla. Y sí, sé que la vi hace apenas tres días para celebrar el año nuevo, pero eso no significa que no la extrañe.
Luego de conducir por un largo rato, llego a su casa y enseguida noto a su abuela asomada entre las persianas de la ventana. Ni siquiera se molesta en disimular que está allí esperando por mi llegada. Eso me trae recuerdos.
Antes de que pueda siquiera tocar la puerta, la mujer me abre la puerta y me recibe con un fuerte abrazo que yo le correspondo rápidamente, con un gesto me indica que suba a buscar a su nieta.
Estoy nervioso, debo admitirlo. Quizás demasiado. Y eso es porque hoy, luego de seis meses de conocernos, de haberme enamorado de Odette y de todo lo que vino después, voy a pedirle que sea mi novia. Hoy oficialmente lo haré.
Además del hecho de que hoy también es su cumpleaños, lo que hará la velada aún más especial para ambos.
Toco la puerta de su habitación y, antes de que pueda siquiera pensar en entrar, Odette la abre.
La miro detenidamente para ver cómo le queda la ropa que me di la tarea de comprar y traérsela a casa específicamente para que la usara hoy, y luce despampanante, y no dudo en hacérselo saber.
—Estás preciosa.
Ella sonríe con esa dulzura que ha tomado últimamente. Su cabello castaño está recogido en una coleta y su rostro porta un labial de un rosa muy suave junto a dos mechones enmarcándolo.
El vestido que elegí le llega hasta las rodillas y el corte que tiene de un costado solo hace resaltar su figura, eso sumado al escote en forma de corazón y los finos tirantes, solo la hacen ver más preciosa.
—¿Ya podemos irnos o te quedarás viéndome así por más tiempo? —Rio y me hago un lado para que ella pueda pasar.
Toma su teléfono y bajamos las escaleras, ambos nos encaminamos hacia mi auto, no sin antes despedirnos de su abuela. Ella nos desea una linda velada y le da un beso a su nieta junto a un "Feliz cumpleaños".
—Muy bien —digo una vez estamos ambos en el auto y me estiró para tomar una tela que estaba en el asiento trasero —. Ponte esto en los ojos, quiero que a donde vayamos sea sorpresa.
