Un Amor a Blanco y Negro - PAUSADA

Cap. 10 Salvavidas

Narra Villamil

Hace 45 minutos que los vi salir en el auto así que todo salió como fue planeado. Ahora mismo me encuentro caminando hacia el norte no tan lejos porque temo perderme, mientras caminaba iba pensando si lo que hice estuvo bien o definitivamente eche todo a perder con Isis. Me siento mal, creo que este cuento de hadas donde estuve metido por meses se acabó hace rato y no me di cuenta.

Unos pasos más adelante veo un letrero naranja que dice "Mongos bar" y creo que es mi día de suerte porque necesito una cerveza a la de ya. Ingrese y el lugar es muy cómodo, mesas de madera, muebles rojos de cuero, ventanas enormes donde se ve un lado de la ciudad y la música es otro nivel.Tomo asiento en uno de los ventanales y pido una cerveza, como era costumbre saqué mi celular y entré a su chat, leí nuestras conversaciones y reí a leer tantos mensajes gracioso, leo sus berrinches y sus enojos y veo esa foto a blanco y negro que tanto me gusta. Di click sobre su user y entre a ver sus lindas fotos. Una vez que acabo de verlas me doy cuenta que se acabo mi cerveza y pido un tequila para tomar valor y hacer lo que debí hacer antes. La mesera me dejó el shot y me tomó en un solo trago, acto siguiente dejó de seguirla y eliminó su chat. A lo lejos escucho "el mensaje" de Cepeda, canción que me recuerda a ella por varias circunstancias. Me enamore de alguien que no conocía, de quién tal vez me vio como su amigo y no la culpo a ella, culpo a mi corazón que se enamoró sin conocerla, como dice la canción.

Pedí un tequila doble y llamé a Marto.

-Perro dónde está? Le pregunté y Marto me susurró que seguían en la exposición pero que le llame en cinco minutos que ya están por salir.

Otra vez me tomé ese tequila en un solo trago, sentía como acaloraba todo el interior de mi cuerpo, pero no importa. Acabo de perder a alguien importante y es mejor dejar las cosas en este tamaño por ahora. Al fin y al cabo mañana nos vamos a casa.

Pedí una cerveza club y esta vez me trajeron una artesanal roja y no entendí porqué, la joven mesera me dice que la señorita del vestido verde olivo de la barra me la mandó, en son de agradecimiento la miré e hice una señal de salud y ella correspondió de la misma manera.

Sonó mi celular y me sacó del trance en el que iba a entrar.

-Perro dónde está. Salimos de la exposición y estuvo una chimba Villamil, está podría ser una de mis exposición favoritas.

- Me alegro perro que les haya gustado y para dónde van, quieren venir, estoy en un bar que se llama Mongos de donde ustedes están camine derecho dos cuadras y ahí está el bar, les espero? Esperaba que su respuesta sea positiva para que no arruinen el plan de conquista de Isaza. Escuchaba a los hermanos Vargas como debatían entre ir al tour o venir conmigo, después de un pequeño silencio Martín confirmó que venían.

Narra Martín.

-Perro vamos, Villa está muy mal, nos necesita somos sus amigos, le decía a mi hermano que quería ir a esa iglesia a ver oro. Estábamos cerca al bar y llamé a Villa para que salga por nosotros. Tal y como pensé, tenía sus mejillas rojas y no precisamente por el frío, parecía que Villa llevaba aquí algún tiempo pero pronto lo sabremos.

-Mis perros dijo el ojiverde abrazándonos. Se veía que Villa estaba a punto de perder la cabeza.

-Desde qué hora está aquí Villamil, le pregunto mi hermano.

-No nos quedemos afuera, vamos por una cerveza y nos vamos, lo prometo nos dijo Villamil.

Entramos y el lugar tiene su encanto, bastante cómodo para ser un bar. Y pedimos una cerveza cada uno.

-Villaco que le pasa, porque está bebiendo a lo loco? le pregunté a mi amigo y se por donde va la cosa.

-Apenas voy una hora y cuarenta y algo de minutos, esa exposición si que demoró más de lo planeado. Lo miré sorprendido porque son las 4:45 de la tarde y eso quiere decir que Villa salió casi con nosotros del hotel y ya está ebrio. Miré a Simon y él tenía su dedo índice y pulgar sobre el puente de la nariz negando una y otra vez.