Capitulo 21 ¿No la vas a vigilar?

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Al ser encerrado y educado en casa me quitaron algunas cosas, me era difícil poder socializar y en algunas ocasiones era lento al entender lo que pasaba

Pero este no era el caso, ver su sonrisa, sus ojos demostrando genuina amabilidad me dolía. Me dolía mas de lo que me gustaría admitir

—Puedes dormir en la cama, en la mesa hay algunas galletas y pan, mis padres no estarán por tres días así que puedes bajar y calentarlas o hacerte algo de comer tú decides

Trate de atrapar su mirada pero era imposible la esquivaba o simplemente miraba el suelo o sus manos comí si fuera lo mas interesante del mundo

¿Que podía hacer? ¿Que tenía que hacer?

Tenia claro una sola cosa. Ella me importaba, me importaba mas de lo que ella misma podía imaginar. Me importaba tanto que estaba dispuesto a salir de su vida con tal de que este a salvo

La habitación se había vuelto una tumba. Ninguno de los dos hablaba, pero ambos queríamos hacerlo. Yo quería hablar, quería decir tanto pero no podía, no era el momento y tampoco era adecuado decirlo

¿Toda esta locura acabaría pronto?¿tendría fin esta pesadilla?

Llevaba mas de dos años al lado de la chica de rojo tratando de vencer a el mariposon pero no habíamos tenido éxito. Cada vez que estábamos cerca de la verdad terminábamos en el mismo lugar donde empezamos.. En nada

¿Sera posible que yo pueda terminar con todo?. No, no lo creía posible

—Tu anillo esta sonando, llevas mucho tiempo transformado, deberías descansar y dejar que Plagg coma algo.

—No llevo mucho tiempo

—Si sigues así acabarás sin energía, después de todo el kwami utiliza parte de la energía de su portador

La vi tomar una libreta, su bolsa y una cajita rosa para luego avanzar hacia la puerta que la llevaba fuera de la habitación.

—¿Marinette? —ella se detuvo en el primer escalón.

¡Rayos Agreste solo dilo!

—¿A donde vas?

Sonrió de lado, mientras soltaba lo que parecía ser un suspiro. Me miro por una milésima de segundos pero al final término apartando la mirada y murmurando algo que a pesar de tener orejas gatunas no logre escuchar nada.

—Voy a salir un momento, quiero... Dibujar así que caminaré un poco en busca de ideas inspiración

—Cuidate, si...

—Si hay un ataque de akuma ponte a salvo y no interfieras, es peligroso

—O espera a que llegue y te ayude..

—No creo que quieras ayudarme

—Princesa..

—Deja, no importa. Si hay algún ataque sera mejor que no te me acerques

Dio media vuelta y ahora si bajo las escaleras. Quería golpearme por ser tan indeciso

El anillo dio su ultimo pitido y entonces Plagg cayo rendido sobre uno de los cojines que habían en el suelo

—Deja de transformarte tan rápido. ¿Quieres morir?.—reprendió apenas salio

—¿De que hablas?

—¿Lo has olvidado? Fu les menciono que son jóvenes y no se pueden sobrecargar por que es peligroso, eso incluye no mas de una transformación amenos que hallas descansado.

—Ya te pareces a Marinette regalándome

—¿Y la niña de coletas?

Desvíe la mirada, desde que Marinette me acogió en su habitación ella y Plagg se habían vuelto muy amigos. Sabia que él había escuchado todo lo que paso en la noche pero dudaba que el supiera que aquello no me hacia del todo feliz

¿Que se supone que debía hacer?

—¿El gato te comió la lengua rubio?

Negué ante su intento de broma. Aquello era una de las cosas que mas amaba de mi kwami. Siempre intentaba hacerme sentir menos tenso cuando no quería hablar de algún tema

—Salio a dibujar.

—¿No la vas a vigilar?

Pregunto mientras comía un trozo de su amado queso.

¿Era correcto hacer aquello?

Nunca se lo había dicho pero en mas de una ocasión había salido de la habitación y la había seguido hacia donde iba. No quería pensar que fuera acoso, me quería convencer que aquello lo hacia para estar seguro de que ella este y llegue bien.

—No creo que eso sea conveniente Plagg—Tome una de las galletas—No es correcto, estoy violando su privacidad. ¿Que pasa si ella me descubre? ¿Como lo tomaría?

—Te diría que eres un loco acosador.

¡Mierda!

Me senté rápidamente sobre la cama y busque en la habitación. No fue mi imaginación jugandome una mala pasada, era su voz. Ella había vuelto a la habitación y estaba cruzada de brazos

Minino sin hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora