10 ★ ¿Bella y voluptuosa?

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La habitación estaba en penumbras, todos estaban viendo una misma pantalla. Eran seis muchachos. Observaban una reciente grabación que el Drexto les pidió de favor —enfurecido— que la revisaran. Vieron un Cohete salir del suelo, de entre la tierra, tal vez muy cerca de aquí, de la Base Secreta del Drexto.

El Cohete despegó y ascendió a gran velocidad, y la grabación concluía cuando el Cohete ya no estaba a la vista.

—¿Para qué querías que viéramos esto? —preguntó dubitativo Modesto.

—Quién sabe —dijo Juan Ángel con indiferencia.

—¿Apoco no oyeron cuando despegó el Cohete? —inquirió Guillermo mirando al resto.

Sólo unos cuantos asintieron, como Roberto y Héctor, pero Diego tampoco había escuchado el momento en que despeó el Cohete, salvo en la grabación que acababa de ver.

—El Drexto está bien encabronado —comentó—. ¿Quién habrá aventado el Cohete?

—A lo mejor y fue Daniel —conjeturó Roberto—. Él ha andado enojado.

—¿Y qué tiene que ande enojado también? —le preguntó Diego con indiferencia.

Roberto iba a contestarle (de buen o mal modo), no obstante Guillermo se le adelantó.

—El Drexto le dejó un encargo difícil a Daniel.

—Por lo del enmascarado —dijo Héctor— que fue a la Central Eléctrica, ¿no?

—¡Ah, eso! —exclamó Modesto—. Pues la tiene bien difícil, ¿no les ‘dijieron’?

Se oyó una agradable risa que llamó la atención y todos se volvieron a Roberto.

—Ayer que salí a caminar creo que lo vi —declaró—. Supongo que sí era. Hasta me tomé una foto con él. —Sacó su celular y a los demás les enseñó la foto donde salían él y la Grosería (aunque nadie sabía que así se llamaba)—. Es buena onda, pero no me dijo cómo se llama.

Algunos rieron, a excepción de Roberto, porque de verdad era irónico. Y si Daniel los viera se molestaría.

—Tú tomándote fotos con él —rio Juan Ángel, sin poder retener la risa— y Daniel queriéndolo agarrar.

—Oigan —los llamó Diego, con aire lúgubre—. ¿No será Jesús? ¿Y si sí está vivo?

Modesto inclinó la cabeza, sintiendo un nudo en la garganta.

—Jesús está muerto —terció con voz ronca, sentía reseca la boca y algo de culpa le embistió el pecho.

—No todos los Experimentos del Drexto iban a salir bien como en nosotros —dijo Juan Ángel con una mueca funesta.

Todos tomaron un aspecto apesadumbrado, lo estaban; todos ellos eran amigos de Jesús, y... lo extrañaban.

—¿Se acuerdan que siempre faltaba a la secundaria? —dijo afligido Roberto—. Nunca iba —y soltó una risita por lo bajo.

—Cuando iba —declaró Héctor— siempre le daba de mi ‘lonche’ porque él a veces no llevaba.

—Ya no va a poder ver High School DxD —dijo Guillermo con amargura—. Decía que le gustaban los pechos.

Héctor y Modesto tragaron saliva casi al mismo tiempo, y éste último junto las manos, con la mirada fija en el suelo.

—Ahorita estaría con nosotros, aquí —aventuró Diego, aún apesadumbrado.

Juan Ángel se adelantó a la puerta, cabizbajo, se detuvo y se volvió a los demás.

—Pobre de Romi —dijo—, primero se quedó sin Sofía y ahora sin Jesús...

ChTM -La Grosería- I. El antihéroe de Ciudad ManteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora