Michael Myers.
Me gustaría entenderme. Tal vez, hasta también comprender el porqué de mis acciones; Sin embargo, no estoy interesado en ello, mi cabeza está disuelta, quizá sea porque estoy lejos de la solución.
¿Qué era ser buena persona? ¿Por qué tengo que impresionar a una sociedad qué solo es egoísta?
Yo también soy egoísta, siempre lo fui, sé que no siempre es bueno serlo, eso fue lo que me inculcó Sam Loomis desde el comienzo de la terapia, aunque; Ciertamente, después de eso, nunca más volví a escucharlo.
Estaba tan absorto en mi mundo que no aprendí nada.
De igual manera, no creo que esté en el momento adecuado para pensar en esas cosas. En toda la noche no logré pegar un ojo, era como si esa jodida inquietud estuvo martillando mi tranquilidad en lo que duró la negrura.
Él dormía en mi pecho o eso era lo que yo creía, no estaba del todo seguro de que si sentía lo mismo que yo, pero algo estaba claro, él no sentía la misma agonía por la cual yo estaba atravesando.
La quemazón había cesado hace aproximadamente una hora, quizá en el momento en donde ese jovencillo de hebras azabaches decidió rendirse ante el sueño sobre el torso de un asesino desquiciado.
Ese asesino era yo.
Intenté moverlo un poco para que se despierte o hiciera el intento para recostarse a mi lado aunque; Ciertamente, yo ocupaba un gran espacio en la cama. No obstante; Decidí mantenerme así, mirando su rostro fijamente como si estuviera tratando de encontrar algún defecto que pusiera en contra su tan destacable belleza.
Fue curioso de mi parte pensar que se despertaría con mi mirada, la cual usaba para, generalmente, intimidar a las personas con las que me encontraba pero; Algo falló con él. No me sentí con ganas de pensar mucho en eso, así qué, lo que hice fue, nada más ni nada menos qué inflar mis mejillas hasta que el aire se escapó sonoramente de mi boca.
No tenía otra opción más que interrumpir su sueño con un leve toqueteo el cual provocaría el susto.
Con una ligera timidez la cual desencadenó en un temblor en la punta de mis dedos, ladeé la cabeza y... Dios, estaba tan cerca de tocar su piel canela que sentía que en cualquier momento iba a morir por el ardor que se estaba incendiando en mi cuerpo.
Un ardor el cual conocía muy bien, uno capaz de hacerme sentir el mismo sentimiento de la pulverización de mis órganos.
Un sufrimiento presa de la agonía, pero para nada lejano a lo que he vivido.
Finalmente, un suave tacto abrazó las yemas de mis dedos, el cual, por más raro que suene, me hizo sentir una sensación extraña, como si quisiera tocarlo, tocarlo mucho más de lo normal.
Nunca me sentí así. No sé si esto está bien, si es correcto o... En realidad, tampoco sé lo que puede estar correcto en esta vida. Me mareaba la idea de cuestionar mis ideologías o manera de actuar.
Eso no era lo importante, ya que, descubrí qué, él me observaba, con los ojos muy abiertos, siendo capaz de captar todo lo que sus orbes negros atrapaban con una simple mirada.
Ojeé su físico. Jake Park se encontraba algo exaltado, con su pecho subiendo y bajando exasperadamente, pero no lo vi con una mala cara más que con la preocupación dibujada en una mueca.
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Coutdown → Michael Myers x Jake Park © 🔞
Fanfiction"Ahí lo vi, recostado en el marco de la puerta, mirándome, como si estuviera esperando con ambos brazos extendidos a ser asesinado bajo mi cuchillo" Jake Park decide invadir el territorio de Michael Myers. Con intenciones de buscarlo y descubrir su...