Capitulo diez.

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"¿Por qué?

¿Por qué tiene que dolerme tanto?"

Mejillas mojadas.

Se sentía inseguro sin su máscara, sumado con una intensa mirada que era capaz de analizar todas sus facciones físicas que había ocultado durante tanto tiempo.

El soplo del viento hacía bailar su melena rubia. Le estaba comenzando a dar rabia el no entender porqué el corazón le dolía tanto, inconscientemente, lo tocó, mientras miraba fijamente al muchacho que tenía en frente.

-Oye -Dijo Jake, en voz baja- No voy a negar que con él tengo algo, algo... "Privado" -Hizo comillas con los dedos, y añadió- No es importante, ah... ¿Te has puesto así porque no lo pudiste cazar?

Esa pregunta lo volvió completamente loco. Sin siquiera darse cuenta de ello, Michael estaba sosteniendo a Jake de la cabellera que conducía a su nuca. No sabía el momento exacto en donde inició todo ni recordaba haber hecho aquellas acciones pero no estaba arrepentido ni iba a cambiar su opinión.

Lo estaba agarrando tan fuerte que, Jake, sentía que en cualquier momento se le iba a desprender el cuero cabelludo del cráneo. El joven trató de sonreír pero poco a poco, aquella sonrisa en sus labios comenzó a deformarse hasta convertirse en una mueca.

No iba a rendirse, no quería mostrar ni una pizca de debilidad ante el homicida.

El dolor era tan desgarrador y penetrante que los ojos se le pusieron lagrimosos. Jake quería chillar, ya no lograba soportarlo, hasta qué, Michael Myers lo zarandeó bruscamente hacia el costado.

Park cayó al suelo y su espalda impactó contra la pared, entre dientes se quejó por el dolor, mientras que con su mano izquierda trataba de sobarse la zona afectada. No obstante; Myers no pensaba detenerse.

El asesino se le acercó, se inclinó hacia Jake y lo tomó del cuello, a lo que el susodicho trató de safarse del agarre del rubio pero sus intentos fueron un completo fracaso, debido a qué, Michael Myers era mucho más fuerte que él, y la misión de escapar de este era imposible.

El asesino, consumido por todo aquél malestar, presionó, hundiendo sus dedos en la morena piel del superviviente, el cual jadeó, sin entender lo que estaba sucediendo.
Los ojos de Jake se estaban llenando de lágrimas, el joven creía que se avecinaba el final, como Michael Myers finalizaba su destino y se encargaba de pisotear lo que restaba de su existencia.

Michael lo observó con aquella frialdad tan característica que poseían sus azulados ojos. Inhaló, no se sentía furioso, al contrario, la melancolía era la protagonista de sus acciones pero la justificación jamás lograría ser una buena opción para explicar sus crímenes.

Aflojó la fuerza, aunque no tanto, ya que la que estaba utilizando anteriormente acortaba la vida de Jake Park. Le permitió respirar, al menos un poco, ya que solo unos segundos después, Michael Myers impactó sus labios sobre los de él. Jake, estupefacto, no supo si corresponder o apartarse, pero se dejó llevar.

Extrañaba sus labios, demasiado, como si no los hubiera tocado en mucho tiempo. Jake ladeó la cabeza y empujó su lengua hacia la boca de Michael, el cual entreabrió sus suaves labios y permitió el paso, el cual produjo aquellos sonidos los cuales calentaban el ambiente.

-Humm... -Gimió Michael, por primera vez, entre los labios de Jake. En ello, el azabache sonrió por el gemido ahogado del asesino, sabiendo que lo tenía comiendo de la palma de su mano.

Jake extendió su mano izquierda hacia la nuca de Michael y escaló sus dedos para enredar en estos unos mechones de la larga melena rubia de Myers, mientras qué, con la mano derecha, se encargaba de toquetear por donde sea.

Coutdown → Michael Myers x Jake Park © 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora