39- Ya está la comida.

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Amy finalmente había sido dada de alta y no podía estar más feliz pero preocupado. Estaba atento a cada una de sus respiraciones, sus movimientos, incluso a cada dedo mientras tecleaba en su celular.

Vainilla se ofreció a llevarnos hasta la casa, quería sugerir que solo la llevará a ella y yo iría con mí esmeralda, pero no quería perderla de vista ni un momento.

Así que me subí a ese pequeño y demasiado delicado auto. Cream iba de copiloto con su madre, así que no podía lanzarme la misma cantidad de miradas de odio. Lo cual realmente ni si quiera notaba y parecía aumentar su odio, como el resto de personas que me odiaban.

Amy parecía feliz, y seguía sin rechazarme, lo que me dejaba un poco más tranquilo. El viaje pareció tediosamente lento, pero me la pasé mirándola y memorizando cada detalle de su rostro, sus púas incluso esa pequeña arruga que se formaba entre sus cejas cuando fruncía el ceño.

Le pedí que me avisara si se sentía mal, ella era capaz de guardarselo solo para no preocupar a nadie. Eso era molesto.
Ella solo seguía teclado en su celular soltando ruidos de sorpresa o dando pequeñas sonrisas.

Pero su amiga Cream solo dijo

─Amy siempre tuvo muchos amigos, todos deben estar muy preocupados por ella.

Y enfatizó mucho la palabra amigos, casi no pude evitar rechinar los dientes, sabía que estaba tratando de hacerme enojar aunque no entendía cómo ¿Quizás ponerme celoso? Odiaba no poder ver a Amy, pero ella no era una propiedad y sabía que necesitaba a sus amigos como yo necesitaba tiempo a solas de vez en cuando. Eso no quitaba mí ansiedad de que le pasará algo, pero debía controlarme.

No quería pensar tampoco que ella tenía amigos que querían ser más que amigos, pero sabía que ella era una romántica y había esperado por su destinado... que resulte ser yo, y por lo que suponía según los datos que tenía, si no lo arruinaba tan mal como antes, todo debería ir bien.

─Amy, cariño, ya casi llegamos.

Avisó Vainilla. Vi que Amy levanto la vista y observo la entrada del barrio cerrado.

Se rio. No supe si estaba feliz o había recordado algo, pero estaba bien por qué estaba sonriendo.

Al llegar a la entrada, dos guardias muy serios nos recibieron y abrieron mucho los ojos al verme. Era algo común, esperaba que al menos nos dejarán pasar sin hacer tanto drama. Sin perder tiempo abrieron las puertas pero no nos dejaron pasar de inmediato. Estaba listo para pelear.

Uno de ellos se acerco casi de forma tímida y extendió un papel y bolígrafo frente a mi.

─¿Podría darme su autógrafo? Usted es una inspiración para mí.

Ni si quiera reaccioné, solo lo mire sin poder creer lo que estaba escuchando. ¿Era algún tipo de broma?¿Había alguna posibilidad de que mí oído estuviera fallando?

─Claro que puede, solo es un poco tímido.

Dijo Cream tomando el papel y poniéndomelo frente a mi. Casi con un golpe.

Reaccioné y puse mí nombre, pero antes de devolverle el papel decidí advertirle, después de todo estaba bien informado de lo que podía suceder y no podía dejarme engañar.

─No uses esto para hacerte pasar por mí, y en ningún tipo de acto legal o ilegal o te encontraré y desearás no haberlo hecho.

El guardia palidecio un poco pero asintió, de inmediato, sabía que lo había asustado pero era mejor prevenir que lamentar y sabía que tenía mucho que lamentar.

─No te preocupes, no te está amenazando, pero por favor no hagas nada malo con ese papel o lo pondrás muy triste.

Vainilla no tardó en avanzar mientras el guardia nos despedía.

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