53- Los dulces son esenciales.

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Rouge estaba bastante tranquila ese día, sus pequeños estaban entrenando y los mellizos aprendiendo con Knuckles todo sobre ser guardianes.

Resultaron ser pequeños genios escurridizos y estaba sufriendolo cada vez que se escapaban de sus lecciones y Knuckles comenzaba a buscarlos desesperado de que no entendieran la importancia de la esmeralda maestra y esas cosas.

De todas formas, su embarazo iba muy bien ya que se consideraba a si misma una experta en el tema desde que había tenido más de 3 hijos.

Estaba comiendo un poco de helado cuando recibió una llamada de Shadow, no era muy común que le llamara así que atendió un tanto distraída mientras cambiaba de canal.

¡Rouge! ─Bramo Shadow sonando ¿Desesperado? ─Necesito que vengas. Amy está llorando y ya no entiendo por qué ni se cómo calmarla.

Casi estaba gritando y tuvo que alejar su comunicador un poco, lo vio en videollamada y se dio cuenta de que se veía terrible.

¡Es que eres idiota! ¡Por eso estoy llorando!

Escucho gritar a Amy por detrás mientras Shadow parecía alejarse hacia afuera.

─Voy a necesitar saber que paso. No es como que Amy se enoje muy seguido.

Comento ella y Shadow se frotó el rostro. Era muy divertido verlo así.

No sé que le pasó, me pidió que le cocinara algo y lo hice, me dijo que quería comer helado con su comida y le dije que eso no era lógico para una comida y solo comenzó a llorar de la nada.

Rouge no pudo evitar comenzar a reír, llamando la atención de Knuckles.

Maldita sea, no te rías y ayudame a calmarla.

Maldijo él. Knuckles se asomo y saludo a Shadow.

─¿Ya estás sufriendo los cambios de humor? Solo calmala cuando llore y abrazala.

Dijo él como si tuviera mucha experiencia, Rouge sonrió pensando en como terminaba cada enojo que tenía ella durante su embarazo. Pensándolo así, no era raro que terminaran teniendo tantos hijos.

De todas formas, se levantó de su sofá, dejo su helado y miro a su amigo.

─Bien bien, deja de gritar. Estoy en camino.

Dijo ella y corto antes de que Shadow dijera algo más.

─¿Le llevarás dulces?

Pregunto su rojito.

─Es más que obvio. Sabía que su régimen de cero chocolate y helado se terminaría tan rápido como Amy me comentó de eso.

─Bueno, Shadow pensó que así evitaría que Amy afectará su corazón o terminara con diabetes.

Comento Knuckles. Tomé mí bolso mientras mi rojito me pasaba un par de chocolates y helado.

─Cuida a mis bebés.

Le dije con un beso y el sonrió.

─Siempre.

Me dijo antes de que me fuera volando. Llegué bastante rápido y como tenia mí permiso especial para entrar, solo aterricé en su casa y toque la puerta.

Menos de un segundo después la puerta se abrió de golpe y Shadow me agarró de los hombros y me hizo entrar.

─Esta arrojando las sillas. Ten cuidado.

Me dijo mientras se paraba delante de mí y avanzabamos a la cocina.

─Por caos.

Murmuré y lo empuje a un lado mientras sacaba un chocolate de mí bolso y entraba usándolo como bandera blanca.

Vi a Amy de inmediato ya que prácticamente se me abalanzó y tomo el chocolate.

─¡Nada de azúcar refinada!

Grito Shadow cuando vio a Amy meterse el chocolate por la boca. Apenas un momento después Amy le lanzó su martillo a la cabeza y me miró como una adicta esperando su siguiente dosis.

Era un poco adorable y preocupante que Shadow no la dejara comer azúcar sabiendo que Amy había crecido en una panadería llena de dulces.

Me quite el bolso y se lo entregue.

─Dulces, chocolate y un poco de helado. Quizá quieras colocarlo en la heladera un rato ya que está haciendo calor y fue un largo viaje.

Le comenté mientras ella revisaba el bolso y me daba una sonrisa de azúcar.

─Te debo la vida.

Me dijo antes de lanzarme un beso y alejarse para poner el helado en su lugar y comenzar a comer lo siguiente que pudo agarrar.

Shadow se acerco a mí refunfuñando.

─Te dije que era la peor idea que podrías tener.

─Los casos de diabetes e hipertensión durante el embarazo son inquietantemente altos y no quiero que Amy termine de la misma manera. Solo use el camino más lógico.

Se excuso como si tuviera la razón. Pobre creaturita ingenua.

─Tratar de luchar contra una embarazada y lo que quiere es lo menos lógico que puedes hacer. ─le dije mientras me iba. ─Y por cómo está comiendo, solo tuvo el efecto contrario, consiguele más azúcar antes de que te arranque los ojos.

Me reí mientras escuchaba maldecir a Shadow.

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