En el fondo de ese lugar oscuro, horrible, lleno de drogas, bebidas y prostitutas, donde lo único que podías ver eran personas alcoholizadas, drogadas y llenas de lujuria, un lugar inundado de personas con sueños rotos vendiendo su cuerpo para solventar sus gastos, en donde nadie podía ver la luz ni la felicidad reales, entre esos pasillos y habitaciones llenos de olor a tabaco y alcohol; entre todo ese infierno, en la habitación más alejada de todo, se encontraban descansando los angelitos más hermosos y perfectos del mundo.
-Akira, te eh dicho que es hora de dormir, ya casi serán las 11 de la noche y tu sigues despierto!! -Decía un rubio enojado y somnoliento, en medio de la habitación acostado en su pobre futon.
-No tengo sueño, además, no es tan tarde, dejame jugar un rato mas tío Fuyu– decía el pequeño rubio haciendo unos ojitos tentadores para que el omega mayor lo dejara seguir jugando.
-Solo un rato más ¿me escuchaste? Las niñas tienen sueño, así que no hagas mucho ruido.
Chifuyu se acostó al lado de las dos pequeñas, no tan conforme, pero que mas podía hacer, el niño era igual de terco y juguetón que su padre y no tenía más opción que cuidarlo hasta que el pequeño se cansara y durmiera.
Los minutos pasaron y finalmente el pequeño Akira callo rendido ante el sueño, Chifuyu ya más satisfecho reviso que todos los niños estuvieran bien y durmiendo, era agotador y difícil tener que cuidarlos mientras sus padres trabajaban de noche, pero no cambiaría el estar con esas criaturitas por nada del mundo, el omega amaba a esos niños tanto como a sus amigos, para el eran casi como unos sobrinos o sus propios hijos, pues pasaba la mayor parte del día con ellos y los atendía en todo lo que pudiera.
Luego de verificar que todo estuviera bien, comenzó a soltar sus feromonas tranquilizantes para que así los pequeños durmieran más cómodos y no percibieran los fétidos olores de afuera de su pequeña habitación.
A pesar de su oscura realidad, Chifuyu no se quejaba tanto, tenía techo, comida y sobre todo, estaba con sus amigos que eran casi como hermanos para el, y además de ellos, ahora tenía unos pequeños piesitos siguiéndolo a todas partes; se podría decir que eran casi como una familia, no era perfecta, pero había amor.
Desde hace tiempo que Chifuyu cuidaba de los 4 pequeños, Akira hijo de Kazutora, Yuen hijo de Takemichi,
Masaki hija de Mitsuya y Umiko hija de Inui.Los padres de los cachorros trabajan por las noches en un burdel algo prestigioso, dirigido por Ken ryuguji, un Alfa dominante, serio pero a la vez muy amable, este al ver la situación en la que se encontraban hace tiempo les prestaba una habitación no tan grande pero si cálida, donde Chifuyu se encargaba de cuidar de los pequeño por las noches.
El omega no hacía trabajos sexuales ni de ese tipo, desde hace tiempo que tuvieron que salir de casa los 5 juntos,
Chifuyu, takemichi, Mitsuya, Inui y Kazutora, y se vieron obligados a a comenzar a trabajar vendiéndo su cuerpo; tiempo después llegaron sus pequeños retoños a sus vidas, y al no tener más opciones el acuerdo de fue que Chifuyu cuidaría de los niños mientras sus padres trabajaban, y aunque no era algo considerado como digno y era bastante agotador, a los 4 chicos les causaba un poco de tranquilidad saber que ganarían dinero y tendrían con que alimentar a sus cachorros más tarde.Eran al rededor de las 6 de la mañana, cuando al guíen abrió la puerta de la habitación donde se encontraban Chifuyu y los pequeños, este ya sabiendo de quien se trataba solo los dejo pasar sin moverse, ya que aún tenía sueño.
-Chifuyu, ya terminamos, puedes irte levantando —Dijo una agradable voz en tono bajo.
-Mitsuya, ¿como les fue? ¿todo bien? –Preguntó Chifuyu aún adormilado.
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☾︎𝐋𝐮𝐚𝐫ᵇᵃʲⁱᶠᵘʸᵘ☽︎
FanficChifuyu es un joven y hermoso omega que apoya a sus amigos, Kazutora, Mitsuya, Inui y Takemichi, a cuidar de sus cachorros puesto que todos ellos son trabajadores en un club nocturno, llevan una vida dificil y cansada llena de abusos y necesidad, v...