25.- Disfuncional

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Hora al despertar: 3

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Hora al despertar: 3.17 AM

Lugar del sueño: La habitación de siempre.

Involucrados: Yo y un bebé.

Hora/fecha del sueño: ??

Suceso: Estaba parado en medio de la habitación. Las paredes estaban igual de paliduchas que siempre. Hacía frío. No había nada más allí aparte de una cuna desde donde un bebé recién nacido lloraba como si quisiera escupir los pulmones. Me sentí mal por el bebé y lo tomé en brazos. El llanto del niño me angustiaba y lo peor es que nada de lo que hacía lograba calmarlo. Le cantaba, lo mecía, le daba palmaditas, le revisaba el pañal y lo alimentaba con un biberón lleno de aire, pero nada funcionaba. Pensé que estaría enfermo y quise salir con él del cuarto para llevarlo a alguna urgencia, pero no había puertas ni ventanas y yo no tenía cómo salir. El niño siguió berreando hasta que, desesperado, me puse a llorar con él. Y entonces él me miraba a los ojos y logré darme cuenta de que ese niño era yo mismo.

Me dejé caer al suelo, desaparecí frente a mis propios ojos y, entonces, desperté.

Fecha al despertar: 17 de noviembre, martes.

Cierro la libreta y suspiro. Es séptima vez que leo este estúpido sueño que tuve durante la madrugada y sigo sin poder interpretarlo. Dudo que sea premonitorio en sí. No todos mis sueños lo son. Pero siempre logro encontrarle algún sentido a lo que ocurre con mi cabeza cuando es de noche. Lo que el inconsciente reprime a veces sale a flote cuando dormimos.

Cuidadosamente guardo mis pertenencias y camino hacia la salida del Hall Suseon, acompañado por unos cuantos amigos de la carrera. No puedo quedarme a hacer vida social porque es martes y tengo cosas que hacer hoy. Tengo que aprovechar, supongo. Y disfrutar lo más que pueda, porque este ha sido el primer día, desde el sábado pasado, en que no he sentido que las tardes se arrastran y que no terminan jamás.

El domingo y el lunes se me hicieron asquerosamente eternos por lo mismo. Insoportables, de hecho. Sentí que yo era un caracol intentando abrirse paso por un camino lleno de mierda. Lo bueno es que me conseguí hora para hacerme exámenes hoy, martes, y en la tarde tengo que ir a ver a MoonGyu de nuevo. Tenía unas ganas estúpidas de hablar con MinHo ayer, pero resulta que ahora es él quien no solamente me ignora, sino que también me evita. Supongo que se le hace sencillo cuando anda dando vueltas por ahí con uno de los idiotas que conoció en esa maldita fiesta. Ni siquiera volteó a verme cuando pasé dos veces a su lado, a pesar de que le busqué la mirada.

Supongo que algo de culpa tengo también. Lo dejé en visto y no contesté sus mensajes. Si me detengo a pensar en ello, suena estúpido, ¿verdad? Pero el 'visto' significa guerra para algunas personas con problemas de primer mundo, tal y como somos nosotros. Tal vez deba contestarle, pero no sé bien qué decir. Estoy enfadado y dolido porque escogió creerle a un desconocido en vez de a mí. Y me da más rabia todavía saber que toda esta tonta situación está importándome más de lo que debería.

〈 La Habitación Blanca 〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora