9.- Cuando la Madre Teresa llama

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TaeHyung interrumpió la clase de Introducción a la Psicología sólo para pedirle a mi profesora que me permitiera salir

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TaeHyung interrumpió la clase de Introducción a la Psicología sólo para pedirle a mi profesora que me permitiera salir. No es como que sea tan necesario, pero es mejor hacerlo así en vez de marcharse sin dar explicaciones. Salí de la sala, él tomó aire, y no tardó más de un minuto en resumir lo que había ocurrido.

'MinHo golpeó a TaeMin y TaeMin quedó inconsciente en el suelo. Está en la enfermería ahora. Estaba vomitando y convulsionando'.

Entré al salón hecha un huracán. Tomé mis pertenencias y, al vuelo, le expliqué a la profesora que tenía que salir por una urgencia. De más está decir que me creyó. Yo estaba a punto de llorar, enfurecida, asustada, y hasta ahora me siento así. Llegué a la enfermería con las piernas temblorosas después haber corrido tanto. TaeHyung me acompañó hasta allí, pero al rato me dijo que volvería a clases. Supongo que reconoció que no tenía más que hacer, aunque ya había ayudado lo suficiente. Le di las gracias, intercambiamos números telefónicos y le prometí que le avisaría cómo estaba TaeMin en el transcurso de la tarde.

Cuando pude ver a TaeMin al fin, me puse a llorar. Jamás lo había visto así. Tenía la boca un poco chueca y la mirada ausente. La enfermera me preguntó si acaso yo era su novia y si podía contactar algún familiar de TaeMin. Dije que sí, que era su novia para que me dejaran ir con él, y les entregué el número de TaeSun. No pasaron más de diez minutos para que llegara una ambulancia y allí metieron a TaeMin. Lo seguí. Le sujeté la mano camino al hospital. Él iba y volvía. Se quejaba, temblaba, vomitaba y lloraba. Decía que no era necesario. Decía que estábamos exagerando al llevarlo al hospital. Pero los ojos se le iban, se dormía, y a los segundos despertaba quejándose de nuevo.

Llamé a KiBum cuando llegamos al hospital apenas me quedé sola en la sala de espera. KiBum estaba furioso. Me pidió mi ubicación y prometió llegar en media hora. Mientras tanto, sigo sola. TaeSun viene en camino también.

Yo sólo espero. Estoy ansiosa, asustada, llorando en silencio porque jamás había pensado ver a TaeMin así por una golpiza. Ni siquiera fue una golpiza. Fue sólo un puñetazo en la sien. Y creo que ahora entiendo por qué lo primero que TaeMin se protegía al meterse en problemas era la cabeza. Lo he visto recibir golpes en el estómago, en el pecho. Pero nunca en la cabeza.

Estas de seguro son las secuelas de la golpiza que ese engendro de mierda le dejó a mi amigo. A mi hermanito.

—¡SunMi!

Alzo la mirada. TaeSun se aproxima a mí dando pasos gigantes. Está pálido, confundido e igual de asustado que yo. ¿Cómo no lo va a estar? No sabe en realidad el resultado de la golpiza ni la magnitud de esta, y estoy segura de que se está imaginando lo peor. Debe estar pensando que TaeMin está igual de mal que aquella vez que lo encontró en la sala de estar de su casa, ¿verdad? Creo que yo estaría peor que él si ese fuera el caso.

—¿Cómo está? —la voz se le quiebra un poco, pero rápidamente se aclara la garganta.

—Dijeron que le irían a hacer un scanner. Me pidieron antecedentes, pero en realidad no supe qué decirles. Sólo les dije que había tenido un golpe fuerte en la cabeza cuando era niño, pero que tú manejabas más información al respecto.

〈 La Habitación Blanca 〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora