10 de julio de 2021:
Mi vida es un tanto desordenada muchas veces, y esta semana que está pasando fue un verdadero desconcierto sin sentido; por un lado, el cumpleaños número 70 de mi abuelo materno, que por su puesto la pasamos genial. Por otra, los trabajos de campo en la Universidad que me consumieron esas tres veces en que asistí.
Y lo más importante, empecé nuevamente con el semestre, y oficialmente ya soy del cuarto año de mi carrera, el horario es una anarquía en verdad, surge un cambio tras otro en cada momento, mi cabeza da vueltas y ya me insta a consumir de nuevo mis vitaminas para tener una concentración más eficaz.
A la par ya nos piden un tema de anteproyecto de tesis, y yo me quedé boquiabierta, no sabía en qué horizonte mirar, y me pregunté:
¿Acaso no es muy temprano para pensar en eso?
En esos intervalos invadió en mi ser la ansiedad, la desesperación, y por completo estuve bloqueada.
Después de unos largos minutos, me puse a pensar de lo que en verdad a mí me gusta, el tema a escoger debe ser relacionado a eso, recuerdo que tengo un objetivo claro. Investigué, claro... debo informarme bien antes de tomar una decisión precipitada, y hasta ahora hay un contenido que me llama la atención, tengo aún dos semanas más para pensar, así que, esta autora debe relajarse, consumir sus vitaminas y a seguir reflexionando.
Desde otro orden, he descubierto en esta semana que tengo habilidades en el diseño gráfico. Y saben, me di cuenta de algo valioso en ese transcurso.
Cuando yo era adolescente lo máximo que frecuentaba hacer es ejecutar mi guitarra, cantar, escuchar y deleitar canciones del género que me gustaban, ayudar a mamá en los trabajos de la casa y estudiar en el colegio.
Mi adolescencia resumida en tan solo un párrafo, nada raro ni anormal, es lo que realiza un típico adolescente, bueno no todos, a excepción de que otros practican deportes, salen con amigos y demás.
Y de ahí es exactamente que quiero partir, la adolescencia...
Uno al estar en esa etapa no siente nada, es como si los sentidos estuvieran en las nubes, uno al parecer no tiene el mayor control sobre su persona. De hecho, que soñamos muchas expectativas, pero son vagas. Tomamos decisiones inoportunas, practicamos la desobediencia y la rebeldía.
La realidad es así, no sé quién habrá sido el extraterrestre diferente a eso. Bueno, uno nunca sabe, tal vez de 10 personas, 1 fue diferente a lo indicado.
Mi madre decía, que cuando sea grande me daré cuenta de todo aquello que dije, y que hice. Tenía toda la razón. Y ahora tengo un dilema:
Mejor no tomar decisiones tempranas antes de llegar a los 20 años.
Yo ya tengo más de 20, y descubrí muchas cualidades y habilidades que nunca creí saber realizar. Y me pregunto:
¿Por qué cuando era más joven no descubrí todo esto?
Tal vez en ese momento pudiese haber desperdiciado ese talento.
Ahora mismo, le doy la razón a la frase que dice:
Uno madura con los años, y con los daños.
Le doy aplausos al ser que escribió dicha frase, para mí particularmente tiene toda la razón.
Madurar es entender, comprender y tener los pies en la tierra con la realidad en que enfrentamos todos los días.
Es dar un comportamiento optimista ante la sociedad, ante la familia y amigos. Uno ya no está más en las nubes, uno ya aterriza, sobre la tierra, mira alrededor y entiende el porqué de las cosas.
Y nos ponemos a pensar en nuestro pasado, de los sentimientos y daños que hemos recibido, ahora en más ya no significa nada. Antes creíamos que el mundo se acababa al sacar una calificación dos en el examen del colegio.
En la actualidad, estando en la Universidad, sacar un dos te hace sentir el Presidente de la República del Paraguay, es así como cambian las formas al crecer y cumplir más años. Todo es diferente a nuestro escenario que habíamos construido en la adolescencia.
La vida es como un rompecabezas, la cual posee piezas que van encajando a medida que se unen. Y nosotras las personas funcionamos de la misma manera.
Al correr del tiempo y los años, nos conocemos más, obtenemos una versión diferente. Yo no puedo compararme con lo que fui hace 3 a 4 años. Soy totalmente distinta ahora.
Nunca me imaginé escribir estas páginas, escribir dichos poemas y discursos. La verdad nunca lo he planeado en mi vida. Solo sucedió.
Me dejé llevar, y ese es mi sabio consejo, si descubren algo de sí mismos, déjense llevar, no tengan miedo, hay que dejar salir esa capacidad escondida interiormente.
Personalmente, a mí me encanta la persona en la que me he convertido ahora, eso es amor propio.
Son las 06:33 de la mañana, hermoso sábado para contemplar el fascinante amanecer desde la ventana.
Un nuevo comienzo, un nuevo día, hay tanto que agradecer, como el arribo del millón de vacunas. En un corto plazo la población paraguaya será inmunizada, y eso es verdadero alivio, mientras haya vida, hay esperanzas, todo problema tiene su solución, estoy muy contenta. Es un gran paso de la ciencia, me siento emocionada por eso.
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Desvelos. Una historia entre la pandemia
No FicciónEsta historia nace con sentido a la crisis que se vivió en el segundo año de pandemia del covid-19, lo que acarreó el encierro y la incertidumbre. La caída del cielo como escarcha, ante los ojos de una joven que intenta sumergirse en la imaginación...