𝐒𝐚𝐛𝐨𝐫 𝐚 𝐭𝐢 | Tener el negocio de tus sueños no era algo fácil.
Yeonjun adoraba la gastronomía, deleitar a las personas con su comida siempre fué de sus cosas favoritas. Levantar su propio restaurante no fué tan difícil como hacerlo reconocid...
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El abundante sudor reluciendo en su frente, haciendo que su flequillo azabache se adhiera a su piel. Los músculos de sus brazos se marcaban al cargar cajas y levantar distintos muebles.
— Yeonjuuuuun — Beomgyu alargó la última vocal — ya paremos, estoy muerto – su cuerpo cayó en una de las sillas que ambos se habían encargado de acomodar.
— Beom, mientras más pronto acabemos más pronto podremos abrir — dijo, atando sus oscuras hebras con una liga para el cabello, formando una llamativa media coleta — por favor, no podré hacer esto solo.
Beomgyu bufó — bien, ya voy.
Ambos amigos se dedicaron a acomodar las decoraciones, mesas, sillas y repisas, ambientando lo mejor posible el pequeño local.
El sol estaba por el horizonte, apunto de desvanecerse y dejarle su lugar a la luna, acompañando a los humanos en sus dulces sueños.
El sol abandonó su brillo pero el sudor en la frente de los jóvenes seguía reluciendo en su máximo esplendor. Sus ropas siguieron el ejemplo de los cabellos de ambos, adhiriéndose a la piel de sus cuerpos al estar húmedo. Los dos estaban cansados, totalmente cansados.
— Ahora sí, paremos — Beomgyu obligó, recostandose en el suelo pues se negaba a dejar su sudor en algún mueble del lugar.
— De acuerdo, ya nos falta poco, mañana seguiremos — Yeonjun lo siguió, recostandose a su lado — ¿puedes creerlo, Gyu? estamos a punto de cumplir nuestro sueño.
El castaño sonrió con los ojos cerrados, respirando con abundante paz — si cuando nos graduamos no podía creerlo ahora menos.
Ambos se habían conocido en sus primeros años de universidad, estudiando ambos gastronomía. Al hablar y entablar una amistad descubrieron que tenían los mismos sueños.
Inagurar su propio restaurante.
Decidieron aliarse estando seguros de que los dos podrían levantarlo con mayor facilidad y rapidez. No esperaron mucho después de graduarse, comenzaron a buscar lugares donde poner lo que sería el inicio de sus sueños, lograron encontrar un pequeño lugar y ambos se dijeron que era suficiente por ahora.
Tenían trabajos de medio turno de los cuales habían renunciado hace poco, creyendo tener el suficiente dinero para poder ambientar su pequeño restaurante. Ambos lo pensaron tan bien que todo parecía marchar en orden, tono parecía estar bien.
Y aún no podían creerlo, sus sueños eran apenas rasgados por las punta de sus dedos.
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¡Holi, holi!
Les traigo una nueva historia Soojun para recompensar el llanto que les dejé con AWY.
Me gustaría que le den mucho amor y prometo no quitarles la estabilidad emocional que les quité con AWY jeje.
