𝐒𝐚𝐛𝐨𝐫 𝐚 𝐭𝐢 | Tener el negocio de tus sueños no era algo fácil.
Yeonjun adoraba la gastronomía, deleitar a las personas con su comida siempre fué de sus cosas favoritas. Levantar su propio restaurante no fué tan difícil como hacerlo reconocid...
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— ¡Gracias por venir! — despidió Yeonjun alegremente.
Era de mañana, con el sol apenas calentando el hogareño restaurante. Yeonjun se sentía ya satisfecho con lo que ahora estaba logrando, la gente siempre llegaba y ya no tenía que recurrir a las citas falsas para que lo visiten.
Sus clientes anteriores llegaban con personas nuevas y esas personas llegaban con otras personas, haciéndose un poquito más conocidos que antes. Todos halagaban del excepcional sabor y, aunque había uno que otro que no la disfrutaba, estaban felices de que la mayoría gozara de comer ahí.
Habían unos clientes usuales que iban casi a diario, otros que solamente iban una vez y por último estaban los que de vez en cuando se acordaban del lugar, tanto Beomgyu como Yeonjun creían que ahora estaban bien aunque claramente querían crecer más y más hasta el punto de que la gente ya no alcance y tengan que comparar otro lugar, sería fantástico agradarlo y ver las mesas repletas de personas.
— Ahí viene tu novio, Jun — Beomgyu codeo, haciendo que Yeonjun mire detrás de él.
Y ahí estaba Soobin, tan guapo y deslumbrante como siempre.
Yeonjun intentó ocultar su sonrojo pero no lo logró, en cambio le preguntó a Beomgyu si podía atender una mesa en lo que él iba a atender a Soobin y Beomgyu por supuesto aceptó.
Se notaba lo mucho que a Yeonjun le gustaba el rubio, lo veía en sus ojos al brillar de solo mirarlo o a su incontenible sonrisa cada vez que se percataba de que estaba ahí.
— Buenos días, Soobin — saludó Yeonjun cuando el chico ocupó una mesa, se sentía un poco más confiado después de lo de anoche.
— Buenos días, Yeonjun — saludó de vuelta — él es Taehyun, mi mejor amigo — apuntó al chico que estaba sentado a su lado.
Yeonjun se sintió estúpido de no notar la otra presencia, tal vez pensaría que estaba siendo mal educado y no era algo que quería transmitir a las amistades de Soobin ni a un potencial cliente.
— Buenos días — reverenció, intentando con eso aplacar la primera impresión que le dió a Taehyun.
— Buenos días — contestó con una sonrisa, bueno, eso significaba que no estaba enojado, menos mal.
— Traje a Taehyun para que pruebe la mejor comida de Corea, ¿qué nos recomiendas?
Yeonjun ocultó su sonrisa detrás de la pequeña libreta que en sus manos traía mientras sus pies se movían nerviosos.
Se aclaró la garganta y apuntó algo en el menú qué ambos basquetbolistas estaban viendo — les recomiendo este, lo llamamos desayuno inglés, tiene huevo frito, salchicha, champiñones, papas a la francesa y tostadas — enumeraba cada cosa con los dedos de la mano, se lo había aprendido de memoria después de la absurda cantidad de veces que su profesor le había preguntado sus componentes principales — Soobin me contó que juegan basquetbol ¿no? Entonces es muy buena opción para ustedes por ser un gran fuente de energía.
