𝐒𝐚𝐛𝐨𝐫 𝐚 𝐭𝐢 | Tener el negocio de tus sueños no era algo fácil.
Yeonjun adoraba la gastronomía, deleitar a las personas con su comida siempre fué de sus cosas favoritas. Levantar su propio restaurante no fué tan difícil como hacerlo reconocid...
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Tenía ya el previo conocimiento acerca de algunos gustos del chico rubio por lo que fué fácil volver a hacer match con él, incluyó algunas cosas nuevas que había notado de él.
Cómo la vestimenta.
Él había ido muy casual, con un hoodie gris y pantalones negros, también recuerda haberle visto unos vans, demasiado casual pero, pese a ello, se veía jodidamente bien. Al momento de ponerse a conquistar de nuevo a Choi Soobin incluyó ese detalle en la ropa, puso que opinaba que los Hoodies eran realmente cómodos y muy de su estilo.
"Wow, pienso lo mismo, los hoodies son parte de mi día a día."
Yeonjun sonrió, agradeciendo recordar ese detalle. De nuevo tuvo una amena platica con él, dejando fluir las palabras y los temas de conversación deslizándose con comodidad, sin presión ni prisa, todo como debería de ser en el tiempo que debería de ser.
Yeonjun no podía ni cerrar los ojos pues veía al guapo chico rubio en su cabeza, sonriendole y mirándolo con aquellos hipnotizantes ojos miel ¿había ser humano más hermoso en el mundo? Por supuesto que no y quien diga lo contrario es porque estaba ciego.
Choi Soobin sin duda era el hombre más apuesto que había conocido y eso que su grupo social siempre había estado rodeado de puros varones.
¿Era por eso que no estaba enloqueciendo por ser probablemente homosexual?
No tenía ningún problema con ello en realidad, sus padres no eran personas de mente cerrada y su mejor amigo era asexual, nadie qué estime podría irse en su contra acorde a sus gustos.
Fue entonces que llegó el momento en el que ambos debían decidir un lugar para encontrarse y Yeonjun se apresuró a escribir el nombre de su restaurante.
"Veo que es un lugar popular para primeras citas."
Yeonjun sonrió, ciertamente lo era aunque casi era más popular por siempre dejarlos plantados, seguía sintiéndose un poquito mal por eso. Para su suerte Soobin aceptó halagando la rica comida que servían ahí y el buen trato de los empleados.
Yeonjun no durmió esa noche por estar rodando por todo el colchón mientras se cubría el rostro como colegiala cuando el chico que le gusta lo saluda ¿era todo demasiado repentino? Para Yeonjun lo era, nunca había sentido a su corazón tan desesperado por alguien.
Siempre era lo mismo, acaparando todo su tiempo en perfeccionar platillos y arriesgándose a preparar nuevas recetas, jamás hubo tiempo para un tercero en la relación que Yeonjun mantenía con su amor por la cocina y su objetivo de tener el restaurante más famoso de Corea. Bien dicen que se conquista a un hombre con comida ¿no? Pues es exactamente lo que le pasó a Yeonjun, se vió conquistado por el arte de explotar sabores y mezclarlos para crear nuevas combinaciones gustosas al paladar, era simplemente mágico.
A la mañana siguiente, cuando ambos abrieron el restaurante, se vieron un poco más atareados de lo normal pues un poco más de gente comenzó a ingresar diciendo que algún amigo le recomendó la comida o los precios accesibles y ciertamente eso emocionó a Yeonjun y Beomgyu.
