Noveno platillo

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Yeonjun nunca había agradecido tanto por la llegada de un domingo

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Yeonjun nunca había agradecido tanto por la llegada de un domingo.

Apenas el reloj anunció las cinco de la tarde comenzaron a limpiar todo para finalizar el día, cerraron el restaurante y con mucho pesar volvieron a su casa agotados, con los pies doliendo y sus ojos a punto de cerrarse por el cansancio.

Pisar su hogar fue como pisar el cielo, ambos se dejaron caer en el mueble, casi recostados uno sobre el otro, a punto de quedarse dormidos.

— Creo que debemos poner un cartel para solicitar empleados — comentó Beomgyu abrazando el torso de Yeonjun.

— También lo creo, si la gente sigue llegando así acabarán con nosotros.

Resulta que este día estaba igual de atareado que el anterior, esta vez escuchando "la comida de aquí es muy rica" en vez de "Soobin recomendó este restaurante". Varias veces había escuchado nombrar a Soobin y estaba realmente agradecido de su promoción a su restaurante, ahora no solo venían por ello sino porque les había gustado la comida que habían ofrecido, eso sin duda infló su pecho de orgullo puro.

— Iré a hacer un anuncio — Beomgyu comenzó a arrastrarse por el suelo en dirección a la habitación que compartía con Yeonjun, sintiéndose tan perezoso de siquiera pararse, pero tampoco quería quedarse dormido y olvidarse de hacerlo.

Yeonjun le agradeció pues no tenía ni energía de abrir los ojos.

Suspiró sintiendo todo su cuerpo débil, sabía que debía comer algo pues de nueva cuenta se saltaron la hora del almuerzo para comprar más comida que, al igual que el día anterior, se terminaba en cantidades descomunales. Como Beomgyu se ofreció a hacer el anuncio sería lo más empatico hacer él la comida y claro que lo iba a hacer pero solo quería unos minutos más de descanso antes de levantarse y cocinar.

Cerró los ojos decidiendo dormir solo unos minutos, tal vez unos diez, no debía esperar más pues Beomgyu también estaba haciendo un esfuerzo y sería muy cruel de su parte quedarse dormido cuando su amigo seguía activo sabiendo que tenía el mismo cansancio que el propio. Su sistema estaba empezando a entrar en una completa paz, faltando solo segundos para que caiga dormido completamente pero aquello no pudo hacerse debido al sonido del timbre.

Frunció el ceño y lanzó patadas al aire, algunas dando a los cojines que en poco tiempo terminaron en el suelo. Se levantó con resignación, no teniendo humor de atender a nadie pero tratando de estar tranquilo, si no se calmaba mandaría a la mierda a quien sea que se le haya ocurrido ocupar sus diez minutos de relajación.

Yeonjun abrió la puerta abruptamente y su ceño fruncido junto con su molestia parecieron desaparecer de su cuerpo al instante en el que vio a cierto chico rubio sonreírle de una forma tan hermosa que casi se sentía volar.

— ¿S-Soobin?

— Hola — saludó, sus hoyuelos haciéndose presentes cuando él sonrió — ¿te molesté? Cuando abriste creí que me ibas a golpear o algo así.

Taste to you • SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora