Capitulo 21.

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-Jo, ¿de verdad que no puedes venir? que te hacemos un huequito en la furgo y te vienes. Y dormir duermes conmigo y...

-Que no Mimita, que no puedo de verdad. Nos queda mucho para ensayar y muy poco tiempo. Miguel me pidió que este finde ensayásemos porque luego se tiene que ir con Dani y no va a poder estar- le acarició la cara con ternura- A demás, el sábado estás aquí así que por la noche podemos hacer noche de peli, sofá, palomitas y mimos- le dijo besándola.

-Vale, pero que sepas que me hacía mucha ilusión que vinieses conmigo- se cruzó de brazos y puso cara de niña enfadada- encima es mi primer conciertos después de toda esta mierda.

-Lo se pero es imposible. Me siento fatal pero no puedo hacer nada amor- se acurrucó en ella- te prometo que en cuanto termine el primer concierto que ya estará todo bien, me voy contigo.

-¿Cuando es el primero?

-El 15 de julio en Marbella si no recuerdo mal.

-No tengo nada, me voy contigo- dijo ilusionada.

-Si no te sale nada, por mi vale. A mi hermano le gustará que vengas.

-Pues claro, mi cuñao me quiere mucho chss.

-Casi que demasiado...

-¿Estás celosilla?- y se rieron.

-Para ti todo que es un pesado muchas veces.

-Eh, no te metas con él que como se entere te cagas.

-¿Se lo vas a decir?- dijo mirádola fijamente.

-Puede ser- Miriam la tumbó y se sentó en su cadera.

-¿Ah si?- la rubia mayor asintió- ¿Y cual es el precio de tu silencio?

-Mmmmm- se quedó pensativa- ¿una ración de besos?

-Eso está hecho- Miriam empezó a darle besos de abuela por toda la cara hasta que llegó a sus labios y se dieron esa ración. El ambiente estaba tomando un cariz diferente por lo que Miriam tuvo que ser un poco racional y pararlo- Vamos anda, hago la cena y tu la maleta.

-Eeemm vale, si, hacemos eso- Mimi estaba a punto de arder en combustión interna- eeee, voy a la maleta, si. No hagas nada muy sano que necesito alimento.

-Vale, hago una pizza pero de verdura. ¿Te parece?.

-Perfecto, ni pa ti ni pa mi- le dejó un pico, una palmada en el culo y desapareció.

Cada una se fue a hacer su tarea y cuando la terminaron cenaron juntas. No tardaron en irse a la cama porque a Mimi le tocaba madrugar para irse. Cuenca no estaba muy lejos de Madrid pero lo suficiente para que tuviesen que madrugar para llegar a buena hora por la mañana y poder dejarlo todo en orden para por la noche. Se pusieron una serie y Mimi se quedó dormida enseguida en los brazos de Miriam que estaba dándole mimos. La pequeña no tardó en caer porque por la mañana quería hacer el paripé de despedirse. Y así lo hizo. Se levantó con la granadina y mientras se duchaba hizo el desayuno para las dos. Sabía que si no se iría con solo una manzana en el estómago. Las lolas avisaron a su jefa de que estaban con la furgoneta abajo esperando, y Mimi fue a despedirse.

-No ensayes mucho, ¿vale? que luego te agotas y caes mala.

-Tranquila que ensayaré lo justo y necesario- le sonrió- Vosotros tened cuidado y vete avisándome de todo por favor.

-Si, vas a saber todo, todo lo que hago- la besó y rieron- Ahora en serio, estate tranquila que todo va a estar bien.

-Eso espero- le sonrió de cerca- cómete el escenario Mimi, la gente lo va a dar todo por ti. Eres muy grande, que no se te olvide.

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