𝖈𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝟏𝟓 - 𝖇𝖑𝖔𝖔𝖉 𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖒𝖚𝖉

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—¿Puedes repetir otra vez qué es eso de la Banda del Fénix?

—La Orden.

—Eso.

Ivy dejó escapar un largo suspiro. Ella no terminaba de entender demasiado en qué se había metido, pero pensaba que, tal vez, si se lo explicaba a sus amigos y ponía sus pensamientos en voz alta, todo cobraría un poco más de sentido. Casi parecía que Dumbledore se lo hubiera inventado todo, porque sonaba demasiado a algo que podría leer en un libro de ciencia ficción.

Aunque, teniendo en cuenta que ella era bruja y vampira, acusar a algo tan banal como una agrupación de personas de ser demasiado fantástico, quizás era pasarse.

Vanessa la miraba con el ceño fruncido, una ceja mirando a cada lado, intentando comprender qué era eso que había dicho. Badger, por su parte, parecía menos impresionado. Ivy casi podía ver los engranajes girando dentro de su cerebro.

—¿Y por qué te ha ofrecido formar parte de la Orden, Ivy? —preguntó él, tratando de indagar aún más.

Ivy le dedicó una brevísima mirada a Vanessa para que ella comprendiera la verdadera respuesta a su pregunta. Después, miró a Badger y se encogió de hombros.

—Porque soy una bruja de lo más capaz, por supuesto. ¿Acaso no me crees digna de participar en una unión antifascista? Mis primos de Birmingham están metidos en una agrupación comunista que...

Los había perdido hablando de política muggle, pero fue suficiente como para que Badger dejara de mirarla con tanto interés. Sin embargo, poco después volvió a la carga.

—No digo que no seas una buena candidata, Ivy, solo digo que parece un poco... sectario.

—¿Sectario? ¿No sabes lo que es un comunista pero sí sabes lo que es una secta?

—¿Podéis hablar en mi idioma, por favor? —imploró Vanessa.

—Todo eso de pertenecer ciegamente a un grupo, de darlo todo por defender a los demás y de...

—A mí me suena bien, la verdad —se excusó Ivy, encogiéndose de hombros—. Seguramente sea meterse en el ojo del huracán, pero al menos no estaré de brazos cruzados mientras matan a los míos.

No quiso que sonara a reproche, pero Vanessa y Badger apartaron la mirada de inmediato, sintiéndose evidentemente señalados. Para ellos, el clima social del momento no los afectaba de manera tan directa porque ambos eran sangre pura. Ellos no tenían que andarse con tanto cuidado por los pasillos del colegio por si algún Slytherin decidía amargarle el día por el simple hecho de haber nacido de padres no mágicos, y si pasaba, se debía precisamente al hecho de que eran amigos de Ivy.

—Han prometido proteger a mis padres —confesó Ivy. Vanessa comprendió al instante lo que significaba aquello. Ivy decidió decorar un poco aquella verdad para que sonara mejor a los oídos de Badger—. No solo atacan a los nacidos de muggles, sino también a sus familias. Dumbledore me dijo que los habían amenazado.

La mandíbula de Badger se tensó de manera tan visible que Ivy casi podía ver el hueso a través de la piel. Había escuchado también el rechinar de sus dientes al apretarlos con fuerza. Probablemente, estaba pensando en su familia, preguntándose si ellos tendrían algo que ver con lo que estaba ocurriendo.

Sin embargo, en lugar de enfadarse o salir corriendo de la habitación en búsqueda de papel y tinta para escribirles, alargó la mano y la posó sobre el brazo de Ivy. Buscó su mirada y, cuando la obtuvo, le dedicó una media sonrisa de lo más reconfortante. La inquietud de Ivy se disipó al instante, como ocurría cada vez que Badger la tocaba. Era siempre cálido y seguro, como el abrazo de sus padres.

𝕸𝖆𝖌𝖓𝖎𝖋𝖎𝖈𝖊𝖓𝖙𝖑𝖞 𝕮𝖚𝖗𝖘𝖊𝖉 | Narcissa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora