Al principio, pensó que era efecto placebo.
Que esa languidez en sus brazos y el cosquilleo en las puntas de los pies eran causados por su mente, que se obligaba a sentir algo después de la amenaza de Lucius. Su maldición, que le había puesto los pelos de punta, seguramente tendría que hacer que sintiera algo en su interior. Malestar estomacal, dolor de cabeza o entumecimiento muscular.
Se sintió muy humana ese primer mes después de la boda de Narcissa. El sentimiento de angustia y arrepentimiento por haber vuelto a caer en sus brazos parecía representarse en su cuerpo. Quería dormir para intentar hacer que se pasara ese malestar y esa sensación de que le ardía el cuerpo, pero, por supuesto, dormir era un lujo del que ya no disponía.
Esa certeza de que no podía dormir porque no era humana la convenció de que tampoco podía sentir dolor ni enfermedad y que, por lo tanto, la indisposición sí era placebo y se la estaba creando ella misma. Cuando se le pasó por fin la aflicción, todo volvió a la normalidad. Casi, justo, cuando se cumplió un mes desde la última vez que vio a Cissy.
Y como si eso fuera una prueba de que estar lejos de ella le hacía bien, pasó meses sin acercarse, centrándose tanto como podía en su relación con Badger. Al ver que ella se recuperaba, Badger le regaló una cámara de vídeo nueva y la llevó de viaje en coche —aprendió a conducir para la ocasión— por toda Irlanda para que pudiera estrenarla de verdad.
Ivy tenía ahora una preciosa película de los dos perdidos por Dublín, bailando hasta la madrugada encima de una mesa de un pub. Había minuto tras minuto de grabación de la cara de Badger cuando él no miraba. Su parte favorita de la película era una imagen de Badger en las montañas de Derryveagh, con el viento agitando su gabardina tras él mientras gritaba de pura euforia ante las vistas.
Cuando regresaron del viaje, una carta de Narcissa aguardaba en el buzón. Quería hacer las paces. Pedirle que mantuvieran las distancias pero no perdieran la amistad. Ivy leyó aquellas palabras con un gesto de incredulidad. Ellas nunca habían sido amigas. Pasaron de dos compañeras de clase a amantes demasiado rápido. Tal vez, fue eso lo que terminó de romper lo suyo.
Pero por mucha lógica con la que intentara pensar en su relación con Narcissa, sabía, en el fondo, que prefería tener una escasa carta al mes que no tener nada de ella. Esa letra en cursiva que escribía su nombre en el sobre le hacía recordar que todo había sido real. Le hacía pensar que podía acariciar sus mayúsculas igual que solía acariciar su piel en el dormitorio del colegio.
Nunca se olvidaría. Nunca se perdonaría por haberla besado mientras juraba amar a Badger, pero no podía evitarlo. Al menos, solo eran cartas. Nunca escribían lo que sentían de verdad en ellas. Nunca demostraban lo mucho que se echaban de menos porque ya tenían pánico a volver a sentirlo o a que, peor aún, alguien las descubriera. ¿Qué harían si las descubrieran?
Badger la perdonaría, seguro. Lucius la mataría.
Esas cartas mensuales marcaron el paso de los años. Narcissa se vio metida de lleno en un matrimonio violento sin rastro alguno de amor y Ivy continuó sintiéndose egoísta por ser tan feliz junto a Badger. Llevaban cinco años juntos y Ivy lo quería como a nadie.
No lo amaba, pero lo quería.
Fue esa falsa estabilidad, esa certeza de que lo que había sentido cinco años atrás que era muy similar a una enfermedad había sido imaginado, la que la hizo sorprenderse cuando vomitó una mañana de julio.
No sabía si estaba más agitada por el esfuerzo de expulsar el contenido rojizo por su boca o por el hecho de que acababa de hacerlo. Vomitar.
Las náuseas la obligaron a quedarse arrodillada sobre la taza, con miedo a continuar devolviendo lo último que le quedaba en el estómago. El temblor en sus rodillas cuando se levantó hizo que se desestabilizara y se quedara apoyada contra la pared del cuarto de baño.
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𝕸𝖆𝖌𝖓𝖎𝖋𝖎𝖈𝖊𝖓𝖙𝖑𝖞 𝕮𝖚𝖗𝖘𝖊𝖉 | Narcissa Black
FanfictionIvy Blestem tenía aspiraciones de lo más mundanas una vez cumplidos los dieciocho: quería ser cineasta, pasarlo bien con sus amigos y tratar de pasar desapercibida en su último curso en Hogwarts después de que todos en Slytherin se enteraran de que...
