El me protegía de los monstruos, y en ocasiones me protegía de mi propia malicia, manipulandome, indicandome que hacer. Era mi más grande admiración llamarle héroe, los héroes rescatan a sus princesas, pero yo nunca pude ser una para él. Aún así, admiraba la manera en la que me hacía fuerte.Hasta el día que debí desafiar mis propios monstruos y fantasmas; entendí el porqué nunca pude ser una princesa.
El no era un héroe.
Todo ese tiempo...
Fui entrenada por un monstruo.
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¿Y nuestro arcoiris después de la lluvia?
RandomIampj, a mis dieciséis aprendí el valor de mis letras. El significado de que cada paso, por mínimo que sea, es extraordinario.