Miércoles 7/06/23Recaída cinco.
Cada vez se siente más agotador, y más difícil.
Tal vez sólo debería quedarme aquí, ya no habrían más recaídas y tampoco intentos de no hacer nada malo conmigo.
Aún sigue estando el banco vacío a mi lado.
Aún me escuchan cuando digo que puedo con todo sola.
Que idiotas.
Y es cierto, he podido con tres recaídas anteriores pero no quiero lidiar con una más sola.
Han pasado treinta minutos en los que pude evitar que pasara, pero no he conseguido mis cigarrillos, tampoco mi bisturí ni hojilla, y estoy como un puto adicto con cuarenta y ocho horas sin consumir su droga favorita.
No entiendo porqué intento esto de nuevo.
Quién podría narrar una puta obra de arte con todo esto es la chica de dieciséis años, pero ya no tengo dieciséis. Que mierda se siente eso también.
Justo ahora sólo...cuento con el recuerdo de cuando comenzó hasta este momento, y estoy totalmente y temerosamente segura que no es el final.
ESTÁS LEYENDO
¿Y nuestro arcoiris después de la lluvia?
AléatoireIampj, a mis dieciséis aprendí el valor de mis letras. El significado de que cada paso, por mínimo que sea, es extraordinario.