Capitulo siete

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Lauren

Llegué a casa luego de haber dejado a Maren en la suya. Entré en silencio y cerré la puerta. Pegué la frente a esta y suspiré recordando la locura que estuve a punto de hacer con Maren. Dos brazos rodearon mi cintura y suspiré. Me giré y me encontré con el rostro de Mia. Reí un poco y solo la besé mientras sostenía su rostro con ambas manos.

- ¿Y nuestros padres? –dije cuando nuestros labios se separaron y ya una de sus manos estaba sobre mi intimidad. Jadeé al sentir como la apretaba haciéndola endurecer

- Fueron a mi casa –me miraba a los ojos mientras llevaba las manos a mi pantalón y mordí mis labios. Al menos ella me daría uno de esos ricos orales que sabe hacer-. Tenemos todo el día para divertirnos como nos gusta –zafo mi pantalón e hizo que cayera al suelo. Bajó mis bóxers. Se arrodilló frente a mí y tomo mi pene unos milímetros por encima de mis testículos y llevo su lengua al glande para pasarla lentamente mientras me miraba a los ojos. La agarré del pelo y le hice una coleta para luego hacer que metiera mi pene en su boca hasta la mitad para así comenzar a mover su cabeza mientras va chupándolo.

- Mm Mia, ¿quieres que juguemos un poco? –le pregunte con un aire de perversidad y morbo. Ella asintió con la cabeza mientras aun mi polla follaba su boca. Tenía el orgasmo congelado, así que solamente lo libere en su boca. Solté su pelo. Saque mi pene de su boca. La levanté. Dejé los pantalones ahí. La agarré de un brazo y la llevé hacia el sofá, donde hice que apoyara las manos en su posabrazos y que separara sus piernas. Tomé mi pene con una mano. La agarré del cabello otra vez. Puse mi miembro en su intimidad y solo comencé a empujar de forma profunda y rápida mientras sentía como gemía y me pedía que no me detuviera..



Maren

Me senté en el alfeizar de mi ventana con un libro en mis manos. Había comenzado a llover y amaba leer mientras veía la lluvia. Sentí que la puerta de mi habitación se abrió y miré hacia allí viendo entrar a mamá Alex. Cerré el libro y la miré con atención. Ella se acercó y me abrazó delicadamente. Sonreí un poco e hice lo mismo. Besó mi cabeza y luego me miró. Le devolví la mirada. En la de ella se reflejaba una ternura la cual solo vi cuando yo era pequeña.

- ¿Quieres helado de fresa? –me dijo sonriendo. Yo asentí, se separo, me tomó de una mano y salimos ambas de la habitación. 

Enamorada de mi tia (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora