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Narra Dylan.

El camino a casa estaba siendo algo silencioso, pero tenía ganas de hablar, decir todo lo que pensaba incluso quería hablar de mi padre, pero era un tema del que no tenía el valor para preguntar.

—Puedo ver en tu cara que algo no está bien, ¿Se puede preguntar por qué se encontraba en el suelo hace rato?, ¿Sucedió algo?— Pero ella era así, sabía leerme casi a la perfección.

—Madre, me preguntaba si podríamos salir mañana, solo los dos— No sabía cómo lo tomaría, era una extraña pregunta.

—No respondiste a mi pregunta, pero veo que hay algo más, dile a Linda a qué hora quieres que salgamos y ahí estaré, ¿Está bien?— Asentí, continuando aún con el camino silencioso, aunque ahora en lugar de estar invadido por todo lo que pasaba en mi cabeza, miraba el paisaje urbano que había en nuestra ciudad.

Al llegar fui directamente a mi habitación, tomé una ducha mientras pensaba en todo lo que había pasado el día de hoy, la conversación con Karen y la manera en que pudiera exponerme de esta manera con ella, no es que no le tuviera confianza, simplemente creía que era información de la que aún estaba dudando.

Terminé de tomar la ducha, me cambié por un pijama y me quedé dormido por completo. Desperté muriendo de los nervios, ¿Qué puedo preguntarle sobre mí padre?, ¿Qué era lo que quería saber en realidad?

—¿Puedo pasar, joven Dylan?— Su voz se escuchó detrás de la puerta. Le permití entrar y junto con ella traía una bandeja con un desayuno servido. —Su madre me dijo que solicitó una salida con ella, así que díganme a dónde le gustaría ir— Dejó lo que tenía en las manos y me prestó atención.

—Quiero hablar con ella sobre Papá, no hemos tenido esta conversación y creo que es momento de hacerlo— Me miró nostálgica. —¿Está todo bien? — Le pregunté, ya que no estaba teniendo respuesta de su parte.

—Si, es solo que no puedo creer cuánto has crecido— Me rodeo con su cuerpo regordete, en un abrazo.

—¿Crees que mamá se enoje por eso?— No respondió. —Eso no es buena señal, ¿Debería decirle esto a mamá? — Tomó aire y se acercó a mí.

—Mire, su madre es una gran mujer, pero no es perfecta y no te mentiré, no es un tema del cual guste hablar, solo te diré que le tengas paciencia, ¿Está bien?— Asentí y decidí no echarme para atrás con esto.

—Dile que me vea en la plaza a las cinco, por favor— Tomé el desayuno y volví a la cama.

—Claro que si joven Dylan, buen provecho— Salió de mi habitación y comencé a imaginar cómo podría haber sido mi padre, o mi abuela, ya que no conozco absolutamente nada sobre esa parte de mí.

El tiempo pasaba deprisa, a pesar de ser vacaciones, tenía que continuar estudiando e incluso me tomé la libertad de retomar el dibujo por un rato, hice un boceto del retrato de Pablo, aunque se notaba que no tomaba un lápiz en mucho tiempo.

El tiempo continuó pasando, terminé el dibujo de Pablo e incluso pude mejorarlo, aunque aún necesitaba más práctica.

—Joven Dylan— Alguien llamó a mi puerta, para después abrirla. —Su madre está esperándola ya en el auto, es hora, pensó que podrían aprovechar más el tiempo si se van juntos—

Asentí, terminé de arreglarme y bajé en dirección al auto, ella estaba ahí, tenía nervios dentro de mí , quería saber esto, pero aún así no sabía ni cómo empezar.

—Al fin llegas, pensé que me dejarías plantada— Sus ojos me vieron, casi tan castaños como su cabello.

—No, estoy aquí, solo que tengo preguntas, aunque ni siquiera sé cómo estructurarlas, ¿Mamá, podemos hablar de papá?— Sus ojos se entristecieron, pensé en ya no hacerlo, pero se acercó a mí, me acarició el cabello y me invitó a entrar al auto.

Besos En Mis Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora